Alocados clubes de la noche neoyorquina como telón de fondo. Atrevimiento, insolencia, sensualidad y rebeldía como atributos. La carismática Camille Rowe, modelo y ocasional actriz, como encarnación de una esencia. Poison Girl, la nueva fragancia femenina de Dior, pretende escapar de los clásicos perfumes infantiles, remilgados y excesivamente frutales. O más que escapar, plantarles cara irreverentemente.
Su creador François Demachy, director de desarrollo olfativo de LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton, no pensó en el estereotipado concepto de feminidad al crearlo. Se inspiró en una mujer de carácter, que toma la iniciativa, que es casi provocadora, incluso «hasta escandalosa». Su punto de partida, cuenta, fue mezclar la imagen de esa mujer con la fragancia Poison original, que tanto impacto causó hace décadas, pero que no llegaba al nivel de esta versión. ¿El resultado? «Un perfume frontal».
Poison Girl de Dior se capta al instante, sin medias tintas. Es una combinación de rosa damascena y de mayo, traída esta última de la localidad francesa de Grasse, con esencia de naranja amarga, vainilla y haba tonka, entre otros ingredientes. La mezcla logra que, desde la primera nota olfativa, su intensidad sea percibida y la frase que sobresale en su vídeo promocional, «I am not a girl; I am a poison», se haga cierta en su justa medida.