Nunca habíamos visto nada igual. Más allá de él, por ahora, no hay nada de nada. Buscar más potencia, mayores velocidades, mejor rendimiento… es completamente imposible. El superdeportivo Bugatti Chiron, sucesor del grandísimo y ya impactante Bugatti Veyron, es el primer coche de producción que alcanza la friolera de los 1.5000 caballos de potencia y la reafirmación de la marca del grupo Volkswagen en cifras de verdadero vértigo.
Bugatti
Presentado en las previas del Salón de Ginebra de este año, en esos días en los que el mundo del automovilismo está deseoso de nuevos modelos, nuevas tecnologías y enormes sorpresas, fue lo que muchos esperaban. Con un tercio de las quinientas unidades que se fabricarán vendidas, los franceses dejaron números de impacto a los que no estamos acostumbrados y mejoras mayúsculas que pocos pueden llevar a cabo en sus coches.
La motorización que encierra bajo su carrocería, en posición central, es nada menos que un grandioso W16 de 8 litros sobrealimentado por cuatro turbocompresores, funcionando dos desde parado hasta las 3.8000 revoluciones por minuto, momento en el que los otros dos se suman al espectáculo. Es una evolución del motor que pudimos ver en el Veyron y que los ingenieros han podido mejorar hasta aumentar su potencia en un 25 % respecto a la versión anterior.
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Este alarde de cifras complementadas con un colector de fibra de carbono, los 60.000 litros de aire que pasan por minuto a través de los cilindros, los 800 litros de refrigerante que impulsa la bomba o los treintaidós inyectores que tiene, consiguen esos 1.500 CV que comentábamos a 6.750 rpm y unos brutales 1.600 Nm de par máximo disponibles desde las 2.000 revoluciones hasta las 6.000.
De este modo, no es de extrañar que alcance una velocidad máxima autolimitada de 420 km/h, porque podría dar todavía más de sí, y que consiga acelerar de 0 a 100 en 2,5 segundos, de 0 a 200 en 6,5 y de 0 a 300 en 13,6. ¿Y cómo se detienen? Poniendo a prueba sus discos de frenos carbocerámicos de 420 milímetros con ocho pistones en la parte delantera y de 400 milímetros y seis pistones en la trasera. Estos consiguen, según la marca, frenadas de 100 a 0 en 31,3 metros.
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El Bugatti Chiron complementa su impresionante rendimiento con un diseño totalmente acorde de tales virtudes, conformado por un monocasco completamente construido en fibra de carbono, que alcanza unas dimensiones de 4,54 metros de largo, 2,04 de ancho y 1,21 de alto. Su chasis es adaptativo con cinco modos de conducción, Lift, EB Auto, Autobahn, Handling y Top Speed, y su estética un alarde de futurismo.
