Vista lateral de un Ford GT40
edvvc editada con licencia CC BY 2.0

Ford GT40, la leyenda de Le Mans

Coches

Este fantástico coche deportivo fue diseñado por Ford con una única idea en mente: destronar a los Ferrari del trono en las 24 horas de Le Mans.

En 1965 se confirmó la supremacía de la ingeniería y diseño italianos al conquistar por sexta vez consecutiva la prueba deportiva de resistencia por excelencia, las 24 horas de Le Mans. Desde la compañía Ford se conjuraron para arrebatarle el trono a la marca italiana, sobre todo tras un infructuoso intento de comprar Ferrari. Para eso contaron con un equipo creado especialmente para la ocasión, con gente de Aston Martin y de la escudería deportiva Lola. El resultado fue todo un mito: el Ford GT40.

Este GT, gran turismo, tenía un diseño alargado y bajo -Le Mans exigía un máximo de 40 pulgadas de altura, de ahí su nombre-, con un largo capó lobulado y un morro rebajado con faros integrados. Las dos tomas de aire traseras también eran dos elementos clave de su construcción.

Vista frontal de un Ford GT40Brian Snelson editada con licencia CC BY 2.0

En cuanto al motor, este era un V8 situado de manera longitudinal que llegó a ser de 7 litros, bastante más que el resto de sus competidores de la época. Aunque hay que decir que cada año de su carrera, de 1966 a 1969, su motor varió notablemente, siendo uno de 4,7 litros el más habitual.

Armado con este motor y su peculiar forma de cuña, el Ford GT 40 inició su carrera en Nuremberg en 1964, donde no logró terminar la carrera por un problema en la suspensión. Su primer enfrentamiento con Ferrari se dio en las 24 horas de Le Mans… sin demasiado éxito. Su cambio de motor resultó definitivo en 1966, año en el que resultó ganador en Daytona, Sebring y, finalmente, Le Mans.

Interior y detalle del volante de un Ford GT40Green Yoshi editada con licencia CC BY-SA 3.0

De 1966 a 1969, el Ford GT40 se convirtió en el dominador absoluto de las pruebas de resistencia, logrando algunas de las vueltas rápidas de Le Mans, llegando a alcanzar en carrera la velocidad punta de 218 kilómetros por hora en 1967. Además, también ganó 4 títulos de la FIA, consiguiendo el premio destinado a los fabricantes, uno de los grandes anhelos de Ford. El sueño se había cumplido.

Desde entonces, los Ford GT se han inspirado en el diseño fundacional del GT40, imitando su forma levemente triangular con el frontal lobulado, incluyendo las dos tomas de aire traseras. Todo, claro, bajo el prisma del diseño más actual.

Alfredo Álamo
Alfredo Álamo

Escritor, soñador, amante de los viajes largos y sin prisa, disfruto tanto con las cosas sencillas como con los últimos gadgets tecnológicos, con los lugares solitarios y los conciertos abarrotados, la comida tradicional y la nueva gastronomía. Contradicciones, creo, que hacen la vida mucho más interesante.