Hace apenas medio siglo que el primer Ford Mustang de la historia pisó la calle con su caballo al galope en el frontal. Cincuenta años en los que el coche que inició los fieros pony cars —aunque el nombre pueda inducir a error— ha conquistado el corazón de medio mundo, aunque no todos pudieran disfrutarlo.
Pero esos tiempos en los que si uno quería hacerse con el corcel americano tenía que recurrir a la importación han terminado, ahora la sexta generación de estos increíbles vehículos viaja al trote hasta Europa para quedarse. El viejo continente ya es territorio Mustang.
Para cruzar el charco los del óvalo han tenido que trabajar duro para adaptar el icono del automovilismo a las exigencias de homologación de todas partes, y en especial del viejo continente, replanteando aspectos más técnicos que estéticos que miman la siempre importante seguridad. Porque si nos plantamos frente a él no tendremos dudas: estaremos delante de EL coche, en mayúsculas.
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El Ford Mustang 2015, que cambia el característico eje rígido trasero por una suspensión independiente por las exigencias del guión que comentábamos antes, se nos presenta con ese diseño actualizado sin perder un ápice de su esencia. Esta nueva generación, tanto en su versión Fastback como en la Convertible, baja su techo unos centímetros y alarga la carrocería tres cuartos de lo mismo con la misión de estilizar todavía más su perfil.
Una vez abramos la puerta encontraremos un interior ligeramente ampliado, con asientos más anchos y un cuadro de instrumentos —con los irrenunciables velocímetros y cuentarrevoluciones de reloj— pensado para un más sencillo manejo. Si miramos hacia atrás, aunque las plazas traseras sean justas como es comprensible, advertimos que el maletero ha crecido con la edad.
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Bajo el capó podemos encontrar el clásico motor V8 de 5,0 litros con 418 caballos, con la potencia y el sonido que solamente esta máquina es capaz de producir, o el avanzado motor EcoBoost de 2,3 litros y 314 caballos, con una eficiencia sorprendente y un gran desempeño en la conducción.
Por otro lado, además de una innumerable cantidad de extras que vienen tanto de serie como en paquetes que pueden solicitarse, este sexto Mustang incorpora el dispositivo Line Lock que permite las arrancadas al estilo más Mustang: quemando rueda. Para que no se diga.