Vista frontal con las puertas abiertas del Koenigsegg One:1
Koenigsegg

Koenigsegg One:1, en busca del supercoche perfecto

Coches

La marca sueca puso todo su potencial al servicio del One:1, un coche dedicado a conseguir la mayor relación peso/potencia de todos los vehículos en producción.

En Koenigsegg llevan buscando el superdeportivo ideal desde hace más de veinte años. Su trabajo se ha basado tanto en la innovación en el diseño, manteniendo siempre un estilo bastante sobrio dentro del sector, como en el trabajo técnico. Dentro de su producción han destacado varios modelos de calle, como el impresionante Agera R, del que han surgido coches tan increíbles como el One:1, destinado en principio solo a los circuitos.

En el One:1 se buscó batir un objetivo que hasta el momento permanecía imbatible para coches homologados y que pasaran a producción, es decir, que no fueran prototipos especiales: alcanzar una relación directa de peso y potencia, es decir, que cada caballo del motor moviera un kilo de peso del coche (1361 caballos para 1.360 kilos). La cifra clave es la de 1 Mw a 7500 revoluciones por minuto.

Vista lateral del Koenigsegg One:1Koenigsegg

Para que os hagáis una idea, el One:1 está diseñado para aguantar hasta fuerzas 2G laterales y acelera de 0 a 400 en apenas 20 segundos, situándose muy cerca del límite que han calculado para él de 440 kilómetros por hora montando los neumáticos de serie. Eso es lo que se consigue con un motor V8 de 5 litros turbocomprimido y un trabajo de aerodinámica espectacular.

En cuanto a la carrocería, el material utilizado es fibra de carbono un veinte por ciento más ligera que la que montaba el Agera y viene directamente de la investigación y desarrollo de la Fórmula 1. La búsqueda para aligerar el conjunto ha llevado a aplicar este material incluso en las llantas, y el tubo de escape ha pasado del aluminio al titanio.

Vista trasera del Koenigsegg One:1Koenigsegg

Del One:1 solo se fabricaron seis unidades para conmemorar el 20 aniversario de la marca. Ni que decir tiene que se vendieron incluso antes de anunciar su entrada en producción, convirtiéndose de manera inmediata en todo un objeto de coleccionismo, símbolo de lujo y pasión por la potencia bruta.

Alfredo Álamo
Alfredo Álamo

Escritor, soñador, amante de los viajes largos y sin prisa, disfruto tanto con las cosas sencillas como con los últimos gadgets tecnológicos, con los lugares solitarios y los conciertos abarrotados, la comida tradicional y la nueva gastronomía. Contradicciones, creo, que hacen la vida mucho más interesante.