Los descapotables de gran tamaño y potencia son patrimonio de una marca: Mercedes. Desde los años 50 del siglo XX, la denominación SL ha dado algunos magníficos automóviles, como el legendario 300 SL de alas de gaviota. Con cada generación, Mercedes ha ido aplicando sus líneas maestras de diseño y las mejores innovaciones tecnológicas. En los años 80, uno de los SL se convirtió en todo un mito de la carretera, el Mercedes 500 SL.
Con la base del R107, Mercedes produjo varios roadsters especiales, desde 1972 a 1989. El 500 SL se comenzó a construir en 1980 y se mantuvo en fabricación hasta 1989, sufriendo una notable actualización en 1986. No hay que confundirlo con el SL 500, que se corresponde a una generación de deportivos mucho más moderna.
Daimler AGSu diseño es memorable e hijo de su tiempo. Líneas largas y rectas, ancho y majestuoso. Podríamos decir que el Mercedes 500 SL es uno de los máximos representantes de la estética de los años 80 junto a, por ejemplo, el Audi Quattro o el Lancia Delta. Eso sí, este modelo imponía el mensaje señorial de Mercedes, todo lujo y fiabilidad.
Estamos hablando de un coche grande, con más de cuatro metros de longitud y casi uno ochenta de largo. Su peso era de 1.685 kilos, con un motor de cinco litros V8 capaz de ofrecer 231 caballos de potencia. Su velocidad punta sobrepasaba de manera holgada los 240 kilómetros por hora. Las versiones del 500 SL del 86 al 89 incorporaron algunas mejoras, como mejores frenos y una suspensión modificada, heredada del modelo W124, mucho más suave.
Daimler AGHoy en día, el Mercedes 500 SL es un coche de colección, muy valorado entre los aficionados a los modelos imponentes de la factoría alemana. En el momento de su lanzamiento, el Mercedes 500 SL costaba unos 11 millones de las antiguas pesetas. Todo un lujo.