Tras el nuevo rediseño de la gama Mini nos llega la versión descapotable, el Mini Cabrio, uno de los modelos más esperados por los fieles seguidores de este coche tan atractivo. Se mantienen los nuevos cambios de diseño, añadiendo, claro, los elementos necesarios para convertirlo en uno de los descapotables más divertidos del mercado.
Lo primero que se nota es que es más grande que su antecesor, ya que crece ligeramente a lo largo, 98 mm, ancho, 44, y alto, 1 mm. Diferencias mínimas, eso sí, debidas a los nuevos elementos de la línea Mini. El techo vuelve a ser de lona y presenta dos modos de apertura, uno de 40 cm sobre el conductor y el completo, con el que nos guarda la capota en el maletero de manera eléctrica en 18 segundos. Como siempre, la capacidad del maletero sufre cuando descapotamos, pasando de 215 litros a 160, un sacrificio menor a cambio de poder conducir sin barreras.
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El coche en ciudad es una delicia para la conducción, pero en carretera puede que sufra un poco más; es pesado, 120 kilos más que su equivalente cerrado, es más rígido y tiene, como es lógico, un coeficiente aerodinámico más bajo. Detalles que no deberían importar demasiado si has elegido un descapotable, ya que son los típicos en casi todos los modelos similares.
En cuanto a los motores, pocas opciones diferentes al resto de la gama. Dos divertidos gasolinas de 136 y 192 caballos que ponen el coche de 0 a 100 en 8,8 y 7,6 segundos respectivamente, pasando holgadamente de los 200 km/h, y un diésel de 116 caballos, fiable, pero con menos brío. Además está disponible una versión de lujo, la John Cooper Works, con 231 caballos.
Lo interesante del Mini Cabrio 2016 es su estilo. Urbano, compacto y con materiales de gran calidad, su aspecto, tanto exterior como interior, ha mejorado bastante. El habitáculo tiene mejor acabado y es mucho menos rígido. La personalización que ofrece Mini es espectacular y podemos crearnos nuestro coche al gusto. Los accesorios para el Mini Cabrio en concreto son interesantes y habría que destacar el nuevo deflector, más fácil de usar que el anterior, aunque sacrifica, como siempre las plazas traseras.
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Es interesante también ver en su gama la presencia de un HUD, un sistema mediante el cual proyecta información sobre una lámina de plástico en el parabrisas, así como el asistente de aparcamiento, cámara de aparcamiento o el programador de velocidad. Como ya hemos dicho, el Mini Cabrio es muy configurable.
En cuanto a los precios, nos encontramos desde la versión One que está en 22.700 euros a la John Cooper Works, una variante deportiva y espectacular que se va a los 36.550, eso sí, con un equipamiento de primera que hará las delicias de los más exigentes.
