Vista frontal de un Pagani Zonda Tricolor
DomiD19 editada con licencia CC BY-SA 3.0

Pagani Zonda, la creatividad al servicio de la potencia

Coches

Pocos deportivos han conseguido conjugar el diseño, la velocidad y el lujo como la serie de superdeportivos creados por la compañía italiana Pagani desde el año 1999.

El argentino Horacio Pagani destacó desde sus inicios en el mundo del automóvil como un extraordinario diseñador, llegando a trabajar en Ferrari de la mano del mítico piloto Juan Manuel Fangio. Pagani colaboró en la creación de coches tan importantes como el Countach Evoluzione, el P140 o el Lamborghini Diablo. En 1992 decidió montar su propia empresa, Pagani, dedicada a la investigación en fibra de carbono y la construcción de los superdeportivos Zonda.

El primero de los Pagani Zonda fue presentado en el Salón de Ginebra de 1999, aunque no sería puesto a la venta hasta dos años después. Era el C12, un coche donde ya podemos ver las ideas de diseño sobre las que la compañía ha ido trabajando desde entonces. Sus líneas son agresivas, con un frontal de dos lóbulos con grupos ópticos marca de la casa. Su coeficiente aerodinámico y la experiencia de Pagani con la fibra de carbono hicieron de este coche un rival para marcas como Porsche o Ferrari.

El Zonda S montó el mismo motor Mercedes V12 del C12, al que lograron sacarle nada más y nada menos que 555 caballos de potencia. Aceleraba de 0 a 100 en 3,7 segundos y con una velocidad máxima de 335 kilómetros por hora se convirtió en uno de los coches más deseados de su época. Hay que tener en cuenta que la producción anual del Pagani Zonda suele ser de 10 automóviles al año.

Con el Zonda F llegó el primer roadster de Zonda. El modelo cupé era una evolución del C12 y nombrado así por el gran piloto Fangio. El motor llegó a 602 caballos y se retocó el diseño ligeramente, con la introducción de nuevas tomas de aire, un alerón e introduciendo un difusor. En cuanto al descapotable, se colocó en 650 caballos, al igual que la versión especial Zonda F Clubsport. Este aceleraba de 0 a 100 en 3,6 segundos y su velocidad llegaba a 345 kilómetros por hora.

Frontal de un Pagani Zonda de 2008Mike Roberts editada con licencia CC BY-SA 2.0

Pero si hablamos de modelos míticos del Pagani Zonda, hay que hacerlo del Zonda R. De este modelo sólo se fabricaron 15 unidades y es un coche pensado para rodar exclusivamente en circuito. Con un nuevo motor Mercedes AMG V12, el R contenía 750 caballos y aceleraba de 0 a 100 en 2,7 segundos. En cuanto a su velocidad, la máxima oscilaba entre 370 y 390 kilómetros por hora. ¿Su precio? 1,4 millones de euros.

Sin embargo, el Zonda R era demasiado hermoso para limitarlo a los circuitos, por lo que desde Pagani crearon el Zonda Cinque a partir del modelo deportivo. El precio de los 10 coches que se fabricaron llegó a los 1,3 millones de euros. 5 cupés y 5 descapotables con un interior de lujo y con el mismo motor que el R. Eso sí, con la velocidad limitada a 355 kilómetros por hora.

En 2010 se presentó el Zonda Tricolore, un homenaje a la escuadra de aviación acrobática del ejército italiano. Con un motor de 7,2 litros y 680 caballos, este deportivo se construyó bajo petición exclusiva de un particular por un precio de 1,3 millones de euros. Un capricho capaz de ponerse a más de 350 kilómetros por hora.

El camino de Pagani termina con el Zonda Revolution. Un supercoche monocasco de carbotitanio de apenas 1.000 kilos de peso con el V12 AMG de 6 litros exprimido al máximo, ofreciendo 800 caballos de potencia que pueden lanzar este bólido a 350 kilómetros por hora con autolimitador. De otro modo, el Revolution podría llegar a los 420. Se ha usado tecnología propia de la Fórmula 1 para la elaboración de esta última joya de Pagani. Su precio es de 2,2 millones de euros.

Alfredo Álamo
Alfredo Álamo

Escritor, soñador, amante de los viajes largos y sin prisa, disfruto tanto con las cosas sencillas como con los últimos gadgets tecnológicos, con los lugares solitarios y los conciertos abarrotados, la comida tradicional y la nueva gastronomía. Contradicciones, creo, que hacen la vida mucho más interesante.