Pininfarina es sinónimo de velocidad, diseño arriesgado y lujo desde 1930, cuando Batista ‘Pinin’ Farina abrió las puertas de su compañía. Desde entonces ha trabajado con las mejores marcas del mundo, como Ferrari, Maserati, Alfa Romeo, Ford, MG o Lancia, entre otros. La labor de Pininfarina es familiar, una pasión heredada de padres a hijos, como ha demostrado Paolo Pininfarina, nieto del fundador, al presentar el Pininfarina H2 Speed.
Este prototipo, presentado en la Feria del Automóvil de Ginebra en 2016, captó enseguida la atención de todo el mundo, llevándose el Premio al Mejor Concepto del Año. Y no es de extrañar, ya que el H2 Speed recoge los puntos principales que caracterizan la visión de Pininfarina, es decir, aspecto deportivo, excelente rendimiento y pureza en la conducción. Además, se le une un apartado nuevo acorde con los tiempos: una mayor eficiencia energética con las miras puestas en el futuro.
PininfarinaY es que el H2 Speed se aleja de los combustibles fósiles y apuesta por las energías renovables al contar con dos motores eléctricos de alto rendimiento alimentados por una pila de hidrógeno. A eso se le une un trabajo de diseño excepcional en el que han buscado la mejor aerodinámica de los últimos años, un lujo de formas redondeadas y frontal agresivo que ha dado unos números increíbles en el túnel de viento.
PininfarinaTomando como base un Ferrari F1, el H2 Speed usa sus dos motores eléctricos para conseguir 489 caballos de potencia que permiten a este coche una aceleración al alcance de muy pocos vehículos, sobre todo si se combina con su peso, apenas 1.420 kilos. Los números están claros, subiendo de 0 a 100 en 3,4 segundos y con una velocidad punta de 300 kilómetros por hora.
Sin duda una idea interesante que nos enseña cómo podrían ser los deportivos del futuro, dándole una oportunidad a empresas como Green GT, responsable del motor de hidrógeno, para darse a conocer entre las grandes marcas automovilísticas.