En muchas de las antiguas películas que intentaban adivinar el futuro, aquellas que tan populares se hicieron especialmente en la década de los ochenta, se veían los años en los que vivimos muy distintos. Todos habitábamos inmensas ciudades controladas por grandes corporaciones, vestíamos de forma pretendidamente futurista y nos movíamos en coches voladores. Un relato frecuentemente transversal de aquellos filmes que no se ha cumplido. Al menos, de momento.
Porque a falta de que las ciudades sean algún día privatizadas en su conjunto y nos dé por vestir ropa que en lugar del futuro más bien parezca de un pasado algo alocado, los vehículos capaces de volar están intentando ser una realidad. Una de las apuestas más serias es, indudablemente, la del Terrafugia TF-X.
TerrafugiaEl nombre de la compañía, que traduciríamos al castellano como «escapar de la tierra», es toda una declaración de intenciones. Y su último modelo, TF-X, quiere materializarlas. La intención de este proyecto que acaba de echar a andar es la fabricación de un coche volador, de despegue y aterrizaje vertical, con conducción y pilotaje autónomo que permita que cualquier persona pueda utilizarlo independientemente de sus conocimientos. Con un curso de cinco horas, dicen, sería suficiente.
El vehículo de cuatro plazas, de aspecto sumamente deportivo y futurista, se equiparía con dos alas plegables que permitirían el vuelo gracias a los motores que cada una incorporaría. Se trataría, a priori, de dos rotores eléctricos. Asimismo, para cuando el usuario quisiera emplear el automóvil como uno convencional, dispondría de un tercer motor también eléctrico. La autonomía global, aseguran, sería de unos 800 kilómetros. Pudiendo funcionar a una velocidad máxima de unos 320 kilómetros por hora.
TerrafugiaDe momento el coche volador, que tiene el tamaño de uno convencional con las alas plegadas, ha conseguido la autorización de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos para iniciar las primeras pruebas con prototipo y sin pasajeros a bordo. Se estima que, si todo marcha según lo esperado y estas primeras etapas del desarrollo resultan exitosas, el Terrafugia TF-X pueda entrar en producción en un plazo de entre ocho y doce años y se venda a un precio que ronde, según apuntan, el de «los coches de lujo de gama alta». ¿Lo veremos? El tiempo lo dirá.