Tesla Model S, mucho más que una berlina eléctrica

Combinar una gran berlina de cinco metros de longitud con prestaciones deportivas, gran autonomía y motorización cien por cien eléctrica parece una tarea harto complicada, pero la compañía dirigida por el conocido Elon Musk lo consiguió y el Tesla Model S es una completa realidad.

Porque no hay otro coche que combine estas características ni que lo haga como lo hace este. Cuando hablamos de coche eléctrico normalmente hablamos de un vehículo de reducidas dimensiones, una autonomía limitada y un precio contenido. Cuando pensamos en algo más grande y de mayor abolengo, debemos pensar en híbridos dependientes de un motor de combustibles fósiles y en seguramente más caro.

Pero cuando hablamos del Model S no hablamos ni de un lado ni de otro, hablamos de un modelo único que ofrece las mejores calidades, una autonomía excelente y un tamaño serio con una motorización completamente eléctrica.

Concretamente, donde mejor puede observarse el trabajo realizado por los profesionales de Tesla es sin duda en la mayor de las versiones del Model S, la Performance. Su motor —eléctrico, recordémoslo— es capaz de poner el coche en los 100 kilómetros por hora desde la posición de parado en unos 3 segundos, alcanzar unos 249 km/h de velocidad punta y aguantar con la carga de sus baterías más de 400 kilómetros en la versión P85D.

Ningún coche eléctrico del mercado, ni siquiera los de menos tamaño y prestaciones, son capaces de ofrecer tal autonomía. Y menos, como este, son capaces de ofrecer un sistema de piloto automático que puede seguir la carretera, tomar las curvas, tener en cuenta otros vehículos, elementos y eventos adecuando la velocidad o incluso adelantar, por ejemplo.

Pero las bondades del Tesla no se quedan ahí y el interior del vehículo, como podía deducirse cuando aludíamos a las cualidades que imprime el fabricante estadounidense, deja igualmente boquiabiertos. Su habitáculo está construido alrededor del conductor, con una pantalla táctil de 17 pulgadas en posición vertical ligeramente ladeada hacia la izquierda, un sistema de audio de una calidad digna de estudio de grabación y unos acabados en zinc, cuero, y napa.

Y por supuesto, siendo un coche eléctrico, el Tesla Model S es cuidadoso con el medio ambiente y en su fabricación se ha tenido escrupulosamente en cuenta.