Una lata de caviar Petrossian
Petrossian

Caviar Petrossian, desde París con amor

Gourmet

La 'maison' Petrossian es sinónima de caviar. Actualmente es el primer comprador de caviar del mundo, con productores que les abastecen desde lugares como Rusia, Italia, Estados Unidos o la misma Francia donde su fundó la compañía, en la década de los 20.

En la década de los años 20 multitud de acontecimientos transcendentales tuvieron lugar en el mundo. Tras el fin de la trágica Primera Guerra Mundial, por ejemplo, se constituyó la Sociedad de Naciones, antecedente de la actual Organización de Naciones Unidas. Estados Unidos continuó imparable su desarrollo económico y social, aunque se detuviese abruptamente a finales de la década, con la Gran Depresión. O el Imperio ruso, con su caída tras la Revolución rusa de 1917 y la posterior Guerra Civil Rusa, se convirtió en la Unión Soviética en 1922. Y entre tanto, la vida continuaba.

En aquellos mismos años dos hermanos de origen armenio, Melkoum y Mouchegh Petrossian, llegaron a París dispuesto a mostrarle a los habitantes de la ciudad y el país el arte del caviar de Malossol, el preferido por los connnoisseurs, por su escasa salinidad.

Detalle de latas de 10 kilos de caviar PetrossianPetrossian

Fundaron la sociedad Caviar Petrossian y comenzaron a enseñar a los parisinos las bondades de tal manjar. El éxito fue más que rotundo, se superaron todas las expectativas, y en uno de los países más gastronómicos el caviar pasó a ser un símbolo de distinción. Petrossian se convirtió en sinónimo de caviar en el país galo y, con el tiempo, la empresa familiar se ha convertido en el primer comprador de caviar en el mundo. La maison se abastece de productores de diferentes partes del planeta, especialmente de los criadores más importantes de países como Rusia, Estados Unidos, Alemania, Bulgaria o la misma Francia.

La diversidad de orígenes garantiza que puedan haber pasado de ofrecer las tres variedades de huevas de esturión del Caspio que vendían originalmente, tras su fundación en aquella Francia de 1920, a la amplia tipología de la que disponen en la actualidad. En la boutique del parisino boulevard de La Tour Maubourg o en los no pocos puntos de venta que tienen disponibles en todo el mundo.

Es posible encontrar el mítico Beluga Impérial Huso huso, uno de los más extraños y genuinos que existen; el Ossetra Impérial A. gueldenstaedti, el mejor caviar de esturión Osetra; el Alverta Impérial A. transmontanus, procedente del caviar blanco californiano;el Baeri Royal A. baeri, procedente de granjas francesas, chinas e italianas; o el «Press 1835» de la Colección 2009, antecedente del actual caviar, cuando no se sabía cómo conservarlo correctamente en su estado natural y por ello se prensaba.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.