En 1790, John Ross abrió la destilería Balblair, aunque algunos documentos parecen datar el inicio de esta interesante licorera ya en 1749. En cualquier caso, es la familia Ross la que a partir del siglo XIX comenzó a hacer crecer su negocio, sobre todo gracias a la llegada del ferrocarril en 1862, lo que les permitió acceder a un mercado mucho mayor que hasta entonces.
En 1894, Alexander Cowan, un comerciante de la cercana Inverness, se hizo cargo del negocio, modernizando sus instalaciones y creando una nueva destilería todavía más cerca del ferrocarril. Por desgracia, la crisis económica y una bajada de la demanda hicieron cerrar la fábrica en 1932, permaneciendo en manos del ejército durante la II Guerra Mundial.
En 1949 Balblair vuelve a ponerse en marcha y ya durante la segunda mitad del siglo XX verá crecer sus almacenes y el espacio dedicado a la destilería, incorporando algunas importantes novedades tecnológicas, siempre manteniendo un estilo derivado del wiski más tradicional. En 1996 fue adquirida por el grupo Inver House Distillers, abriendo un nuevo capítulo en su historia.
BalblairY es que Balblair es conocida en la actualidad por distribuir de manera exclusiva wiskis añejos, con la intención de hacer de cada embotellado un ejercicio de memoria que pueda identificarlo en años venideros. De ese modo, cada barril de la destilería es seleccionado en su punto óptimo de maduración, momento en el que su añada está perfectamente definida.
En 2007 se lanzó el Balblair Vintage 1986, el primero de los wiskis exclusivos de la marca, al que seguirían algunos tan interesantes como el Vintage 1975 o el 1990. En 2008 se lanzó uno de los más exclusivos hasta el momento, el Vintage 1965, del que solo se llegaron a producir 350 botellas. Así pues, Balblair presenta de manera anual una selección de sus mejores wiskis, justo en su mejor momento.
BalblairEn la actualidad habría que destacar alguno de sus wiskis más jóvenes, como el Balblair Vintage 2005, que presenta un color dorado, de carácter clásico, con aromas que recuerdan a la manzana verde, especias y miel. Este wiski ha permanecido en barricas de roble americano y su sabor en paladar resulta cítrico, con toques dulces a caramelo y vainilla, en un espectro lleno de especias.
En cuanto al precio, hay que destacar la rareza de este tipo de wiski, que puede llegar a los 2.100 euros en los que se valora uno de los míticos Balblair de 1965, pero que se mantiene en un nivel accesible en el caso del ya mencionado Balblair 2005, disponible por unos 45 euros. Toda una tradición dedicada al wiski adecuada para todo tipo de bolsillos.