Vista del Huevo Imperial Perla de Fabergé cerrado
Fabergé

Huevos Perla de Fabergé, tradición imperial cien años más tarde

Joyas

Cien años más tarde de los últimos Huevos Imperiales de Fabergé encargados por el zar Nicolás II, un nuevo óvulo ve la luz. Se trata del Huevo Imperial Perla confeccionado en colaboración con uno de los coleccionistas de perlas más famoso del mundo.

Desde que hace prácticamente un siglo se creasen por encargo del zar Nicolás II los dos últimos Huevos Imperiales de Fabergé, el de la constelación del Zarevich para la emperatriz María Fyodorevna y el de abedul de Karelia para la emperatriz Alejandra Feodorovna que nunca pudieron recibir por el estallido de la Revolución rusa, la casa nunca había concebido un huevo igual hasta hoy.

En homenaje a este centenario en ciernes, a la tradición iniciada por el encargo del zar Alejandro III en la Pascua del 1885 de un huevo al joyero Peter Carl Fabergé para su esposa, el Huevo Imperial Perla ve la luz en colaboración con uno de los coleccionistas de perlas más famoso del mundo, la familia Al-Fardan con Hussain Ibrahim Al-Fardan a la cabeza.

Una veintena de experimentados joyeros artesanos, ciento treinta y nueve perlas blancas de lustre dorado seleccionadas personalmente por el propio responsable de la colección, tres mil trescientos cinco diamantes, cristal de roca tallado y un baño de madreperla en oro blanco y amarillo, todo ello ha sido necesario para crear este extraordinario huevo de clase imperial. Y como todos los de su clase, por supuesto, guarda celosamente una sorpresa en su interior.

Si se hubiese tratado de un encargo para un zar, como hubiese sido natural hace más de un siglo, no sabríamos nada sobre ella, pero afortunadamente en esta ocasión no es así.

Y es que de este huevo del siglo XXI lo conocemos prácticamente todo. Sabemos que se inspira en la formación de una perla en las entrañas de una ostra, que gracias a un complejo mecanismo abre su particular cáscara en seis secciones y que en su interior custodia una impresionante perla gris procedente del Golfo Pérsico, con un color poco común y una pureza extraordinaria que alcanza los 12,17 quilates.

La espera de cuasi cien años para ver otro huevo y, además conocer el secreto que guarda en su interior, ha valido la pena.

Patricia de Larrazábal
Patricia de Larrazábal

Disfruto de la vida, de escribir a mano, de ver el mar cada mañana, de la buena comida servida con amor y de mis amigos, lo más importante. Me gusta el mundo de la moda, la belleza y viajar, porque sin experiencias, no somos nadie.