Trinity es por excelencia un símbolo de eternidad en el universo Cartier. Forma parte de la tradición de la Maison y combina la sencillez de tres aros entrelazados con la belleza de los metales preciosos. Un diseño versátil que puede permitirse cualquier combinación y es que no hay detalle capaz de eclipsar la belleza de Trinity.
La historia de una firma sellada en una colección que no entiende de generaciones. La unión de estos tres anillos se perfila en miniatura para adaptase a brazaletes, collares, colgantes y pendientes de una suavidad tan célebre como la versión de una segunda piel. Joyas delicadas y refinadas plagadas de elegancia que reivindican su lugar en los joyeros de la mujer de hoy.
CartierTrinity es sinónimo de ingravidez en esta colección. La ligereza de una joya que flota en el espacio sin perder el peso y la magnificencia de la alta joyería. Oro blanco, oro rosa y oro amarillo, y el aplomo de una fina cadena que atraviesa el símbolo Trinity con forma de corazón. El minimalismo de un cordón negro de dos nudos, una joya que habla por sí sola y es capaz de lucir como ninguna.
CratierLas sortijas Trinity se atreven con todo. Dos emblemas de la Maison se juntan en una misma sortija para dar lugar a Trinity Sauvage. Los motivos de la Panthére Noir colisionan con la delicadeza de Trinity para crear una nueva sensación, salpicando de laca negra uno de los anillos que conforman esta joya. Una sortija única capaz de captar todas las miradas al cubrirse de zafiros.
CartierUna explosión de creatividad que sólo se asemeja a la belleza de los astros. Trinity se viste de luna y de platino para eclipsar cualquier constelación que se precie. Una variación impar en blanco y negro que juega con los tres anillos de Cartier. Con ella se estrena por primera vez la cerámica negra en contrapunto del diamante. Este contraste radical moderniza el diseño alternando el brillo con el mate, el satinado propio de la cerámica y el pavé de piedras.
CartierSensación y estilo, toques clásicos y modernos combinados con un trasfondo repleto de historia. La historia de una joya cuyo primer anillo nació en 1924. Desde entonces la magnificencia y el saber hacer de la firma han elevado esta joya hasta convertirla en un símbolo. Trinity de Cartier, tres anillos que se funden para ser eternos.