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Audi, la vanguardia germana

Audi, una marca a cuyo grupo pertenecen en la actualidad nombres tan notables como Ducati y Lamborghini, es uno de los fabricantes del sector del lujo más apreciados. Parte de su historia, que se remonta hasta un siglo atrás en el tiempo, es esta.

El nacimiento de uno de los fabricantes de vehículos de lujo y alta gama más prolíficos de todos los tiempos se lo debemos a uno de los pioneros de la industria automovilística alemana, August Horch, y a los problemas que tuvo la primera compañía que fundó, en el año 1899, la A. Horch & Cie. Dificultades económicas y desavenencias en el seno de la empresa fueron las causantes. El fabricante responsable de sacar adelante el primer automóvil con el cuño de Horch y el primer cuatro cilindros alemán, el primero en 1901 y el segundo en 1903, vio una década después de su nacimiento cómo el padre fundador lo abandonaba.

Pero el ingeniero nacido en la ciudad de Winningen no iba a quedarse de brazos cruzados. Ese mismo 1909, en la cercana Zwickau, puso en marcha la August Horch & Cie, la que meses más tarde terminaría renombrada como Audi Automobilwerke tras perder el litigio por la propiedad del nombre de su anterior casa.

Ese sería el punto de partida para una compañía que comenzó a andar sin llamar demasiado la atención. Eso, hasta que un par de décadas más tarde, en el año 1932, se uniría a la antigua Horch y los fabricantes DKW y Wanderer para poner en marcha Auto Union AG, el que por entonces se erigiría como segundo grupo automovilístico de Alemania. Aquel momento sería también el nacimiento de su símbolo, los cuatro aros entrelazados que simbolizaban la unión de las cuatro compañías.

Desde ese momento, a la hora de construir sus coches, el conglomerado de empresas se repartiría el trabajo y llevarían totalmente a la práctica el lema que adaptaron: «utilizar sinergias». La tracción delantera de los vehículos estaría al cargo de DKW, los motores llevarían el buen hacer de Wanderer y las carrocerías serían cosa Horch. De esto modo pudieron diversificar su oferta, ofreciendo por un lado vehículos con buen precio que se vendían en grandes cantidades y, por otro, vehículos enfocados a segmentos superiores del mercado.

Auto Union, refundada, continuó su camino y empezaron a llegar modelos emblemáticos mientras iba cambiando de manos. En 1958, menos de diez años después de su refundación, Daimler-Benz tomaba el control de la compañía y a finales del 64, otro gran automovilística alemana, Volkswagen, se quedaba con ella. Entre tanto, en el año 1965, se presentó el modelo bautizado como DKW F 102, el primer coche de la firma con cuatro cilindros nacido tras la guerra, y en 1968 llegaría el Audi 100, un año antes de la fusión de Auto Union con otro fabricante, NSU.

En 1985 la compañía, finalmente, adoptaría la nominación actual, Audi AG, y estableciendo de nuevo su sede en Ingolstadt, en Baviera, encararía las siguientes décadas con el lema que se dio en 1971: «a la vanguardia de la técnica». Así, con grandes vehículos en la carretera, hasta hoy.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.