Principalmente el amor, y no otra circunstancia, fue responsable del nacimiento de Chanel, una de las casas francesas de moda más aclamadas, admiradas e influyentes de todos los tiempos. Su historia comienza a escribirse a principios del siglo XX, concretamente el año 1909, cuando la modista Gabrielle Chanel, más conocida como Coco, abre una pequeña tienda en París, en la planta baja de la vivienda de su amante por aquel entonces, Étienne Balsan.
Aquella casa, lugar de reunión de influyentes hombres de negocios parisinos y, por ende, de sus respectivas parejas, hizo que poco a poco las creaciones de la diseñadora comenzasen a popularizarse entre las élites femeninas. Ese imán para las personalidades que era su compañero y el apartamento en el que vivía, hicieron que Coco conociese a lo más granado de la época y una de aquellas personas, Arthur Capel, terminara robándole el corazón demostrándole creer en ella como pocas personas lo habían hecho nunca.
El potencial que vio en sus diseños, las ganas de vislumbró en la joven sastre y la gran estima que sentía, dio pie a que juntos decidiesen hacerse con el local situado en el número 31 de la rue de Cambon de la capital gala y solamente un año después de la apertura de su primera tienda fuese abierta su segunda, y esta vez con nombre oficial, Chanel Modes.
Desde ese momento, Chanel como marca y Coco como diseñadora, emprenderían un camino de no retorno hacia el Olimpo de la alta costura. La apuesta por romper con lo opulento y poco práctico de la Belle Époque, con la introducción de ropa con diseños más sencillos, informales y cómodos, marcaría una senda seguida por todo el mundo. A ese hito se le sumarían otros como la popularización del traje de dos o tres piezas creado por ella; la concepción de su perfume, Chanel Nº 5, apenas una década después de que comenzase todo; la creación de valiosas joyas bajo su marca o la confección de ropa deportiva que nada tenía que ver con la que hasta entonces se vestía.
Ni la Primera Guerra Mundial, que causó una notable afección al mundo de la moda, ni casi la Segunda Guerra Mundial y la colaboración de Coco con los nazis de la ocupada Francia, de la que tendría que huir temporalmente tras la caída del Tercer Reich, provocaron importantes mellas en su carrera más allá de, eso sí, una ligera caída de popularidad suscitada en parte por el surgimiento de Dior en su ausencia.
Sin embargo, unas importantes acciones de marketing llevadas a cabo por uno de sus socios, Pierre Wertheimer, con quien había creado la división Parfums Chanel encargada de fragancias y productos de belleza, consiguieron hacer volver las aguas de la firma al cauce del gran éxito y catapultaron de nuevo a Chanel como lo que fue en sus inicios y es hoy en día: una de las firmas de lujo más importante que ha habido, hay y seguramente habrá.