Señoras y señores, la parte menos importante de este libro es el relato de la vida de un zapatero italiano... Así comienza la autobiografía de Salvatore Ferragamo, el zapatero italiano que levantó un imperio del calzado desde abajo, empezando por los pies. Nació en el año 1898, en Bonito, provincia italiana de Avellino y estudió el arte del zapato en Nápoles.
En 1914 emigró a Boston, más tarde a California y finalmente a Hollywood, donde se convirtió en el ''Zapatero de las Estrellas''. Pasados trece años en Estados Unidos y adquirida la experiencia y el renombre, regresó a Italia donde fundó Salvatore Ferragamo, convirtiéndose en una marca reconocida en todo el mundo.
Casi 100 años después, Ferragamo es reconocida a nivel internacional como un referente en el sector de calzado pero también en el textil. En 2008, la canaria Cristina Ortiz fue seleccionada para diseñar tanto ropa como accesorios para la firma. Tenían que ser diseños fuertes y globales, que proyectasen la imagen de la firma.
Desde 2010, la dirección creativa de la firma pasó a manos de Massimiliano Giornetti, quien ha dotado a Ferragamo con colecciones espectaculares que pasarán a la historia de la casa italiana. Caracterizada por su experimentación en innovación técnica, así como por sus creaciones insólitas. A menudo podrían considerarse verdaderos objetos de arte, por sus extraordinarios diseños, líneas y elegancia.
De hecho, la firma cuenta con un museo dedicado a Salvatore Ferragamo, Abrió sus puertas en 1995 y se encuentra en el segundo piso del palacio Spini Feroni. Consta de cuatro habitaciones que narran la historia de más de diez mil zapatos, expuestos en sus salas, creados por el propio Ferragamo durante más de cuatro décadas. También se pueden encontrar bolsos y vestuario que lucieron las estrellas durante los años 70. Una firma que ha inspirado y sigue inspirando a los grandes diseñadores alrededor de todo el mundo.