Si algo diferencia a Tesla del resto de grandes compañías automovilísticas es su objetivo final, que no es tanto el de ganar la mayor cantidad de dinero para sus accionistas como el de logar un cambio efectivo del modelo energético mundial, dejando atrás los combustibles fósiles para abrazar la electricidad conseguida, si puede ser, a través de energías renovables. Estas ideas son la base del proyecto puesto en marcha en 2003 por un grupo de ingenieros liderados por el millonario Elon Musk, y que hoy en día es toda una realidad.
Su primer coche fue el Tesla Roadster, un deportivo completamente eléctrico que fue el primer en ser producido de manera industrial en todo el mundo. Salió a la venta en el año 2006 y ya entonces llamó la atención tanto por su diseño como por sus números, ya que tenía una autonomía que superaba los 300 kilómetros. Este modelo ha recibido varias actualizaciones y hoy en día llega hasta los 400 con una velocidad punta de 201 kilómetros por hora.
El siguiente modelo en ver la luz lo hizo en 2008. El Model S es un sedán de gran tamaño, diseñado muy al gusto del mercado estadounidense. Fue un lanzamiento dentro del sector de gama alta y que sorprendió a muchos de sus competidores. Su aceleración es típica de los modelos eléctricos, llegando de 0 a 100 en menos de 3 segundos, y con velocidad autolimitada al llegar a los 250 kilómetros hora. Desde entonces, han sido varias las actualizaciones que ha recibido, tanto de manera local, con software, como en producción.
Tras el Model S llegó el Model X, con su misma estructura de base, pero pensado para ser un roadster todocamino. Un diseño diferente para un público diferente, pero con las mismas consignas y capacidades: autonomía de más de 400 kilómetros, materiales de primera calidad y una potencia espectacular junto a un diseño de puertas de gaviota inédito en su segmento.
El nuevo paso de la compañía es pasar del segmento de la gama alta al de la gama media, y comenzar la auténtica revolución del mercado. Para eso se ha presentado el Model 3, un coche más compacto que sus hermanos mayores y con materiales menos exclusivos. Tras su presentación, el Model 3 superó las 350.000 reservas.
Toda esta política de Tesla ha ido acompañada de medidas clave, como es la creación de una serie de superchargers, cargadores especiales para los Tesla, situados en puntos clave de las grandes vías de comunicación, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Su intención es dotar de una infraestructura necesaria para el uso del coche eléctrico, al mismo tiempo que ofrece un servicio exclusivo a sus clientes.
En 2015, Tesla anunció la puesta a la venta de una serie de baterías destinadas al mercado doméstico, con la intención de dar soporte a las energías alternativas, como la solar o la eólica. Su idea es reciclar las baterías de alta eficiencia montadas en sus coches para darles un nuevo uso mientras su capacidad y potencia todavía sean útiles.
