La fundación de Vacheron Constantin se remonta al año 1755, cuando Jean-Marc Vacheron abrió su primer taller en la ciudad suiza de Ginebra. Dedicados desde sus inicios a la innovación y la búsqueda de nuevos paradigmas, en 1770 crearon la primera complicación y una década después los primeros diales guilloché. A partir de entonces la marca logró un gran éxito, sobre todo tras el trabajo del nieto del fundador, Jacques-Barthélémy, el cual en 1810 comenzó a exportar sus relojes al resto de Europa.
En 1819 se produjo un encuentro que marcaría el futuro de la compañía, el de Jacques-Barthélémy con François Constantin, un reconocido explorador y viajero, responsable de la parte comercial, del que nació el lema de la empresa: Si lo haces lo mejor posible, eso será siempre posible. Gracias a su excelente colaboración se configuró la empresa tal y como la conocemos en la actualidad.
A lo largo del siglo XIX, Vacheron Constantin destacó por su constante trabajo de investigación, incluyendo innovaciones como la creación del primer reloj que no usaba materiales magnéticos. En 1880 adoptaron su conocido logo: la cruz de Malta, hoy en día símbolo de la relojería de la más alta gama en todo el mundo. A principios del siglo XX abrieron su primera tienda en Ginebra, donde sigue siendo hoy en día todo un referente de la relojería mundial.
Su fama ha llevado a la marca a colaborar con artesanos del calibre de Fabergé y ha recibido numerosos premios de la industria relojera, tanto en Suiza como en el resto de Europa. En 1979 se presentó una de sus creaciones más conocidas, el reloj de muñeca Kalista, uno de los más caros del mundo, valorado en su momento en 5 millones de dólares, pero que hoy se puede encontrar por 11. Cubierto de diamantes, cada Kalista lleva más de 6.000 horas de trabajo.
Más recientemente habría que destacar modelos como el 57260, construido tras el encargo de un coleccionista y que supuso un desafío que en Vacheron Constantin decidieron abordar para superar sus propios límites. El 57260 contiene 57 complicaciones, algunas de ellas inéditas, lo que convierte a este hermoso reloj de bolsillo en uno de los más complejos del mundo.
En 1996 la compañía fue adquirida por el Grupo Richemont, manteniendo su línea dedicada al lujo y la perfección, caracterizándose por su búsqueda de la excelencia y el apoyo a la creatividad. Además, su labor de mecenazgo es sobradamente conocida, participando en varios museos y actividades artísticas.