Es seguramente la bufanda por excelencia, una de las más imitadas, una de las más reconocibles y una de las más atemporales. La bufanda, sencillamente. Es la clásica de cachemir con motivo de checks de Burberry, con flecos en sus extremos, que podemos encontrar en su combinación de colores más tradicional, es decir beige, negro, rojo, negro y gris, o en nuevas opciones, con colores que prácticamente abarcan toda la paleta e incluso añaden lunares al motivo principal.
Este complemento imprescindible en inverno se confecciona de forma totalmente artesanal, unidad a unidad, en una bicentenaria hilandería familiar de la localidad escocesa de Elgin, la única hilandería vertical que queda en la más septentrional de las cuatro naciones británicas.Una verdadera reliquia del arte de la confección todavía en funcionamiento.
El proceso de producción comienza con el teñido, el cardado y el cepillado del único protagonista de la bufanda: el cachemir. Teñido durante un máximo de seis horas, tanto como es necesario para asegurar el más intenso color, el material se carda para abrir cada una de las fibras que los componen y se cepilla mecánicamente para lograr hebras individuales con las que comenzar la confección.
Esta comienza en una suerte de rodillos, en el que los diferentes filamentos se hacen girar hasta conseguir un hilo de un grosor, una longitud y un giro concreto. Con él, telares de gran complejidad realizan el tejido de las icónicas bufandas de Burberry en una sincronía perfecta de acuerdo a los patrones de cada uno de los 38 modelos disponibles en la actualidad con diferentes juegos de colores y motivos.
Finalmente, para eliminar posibles restos grasos que hayan quedado del proceso de confección, las piezas son lavadas en las aguas del cercano río de Lossie, pasan por un proceso de cepillado en el que se asegura la suavidad y el brillo natural de este complemento para, en último lugar, realizarse los flecos mediante un complicado sistema de movimientos. Cada una de las bufandas clásicas en cachemir de checks de Burberry es inspeccionada individualmente y, cuando reciben el visto bueno, son distribuidas para su venta. Así, y sólo así, alcanzan la perfección y la tan alta calidad que las caracteriza.
