Ante sí tenemos la pluma entre las plumas, sin discusión posible. La estilográfica por excelencia y por derecho propio. El útil que desde hace más de medio siglo permanece prácticamente inalterable. Un instrumento que ha sobrevivido a modas de toda clase, tendencias de todo tipo y una imitación constante de sus características formas. La pluma estilográfica Montblanc Meisterstück 149 es pura historia viva de la escritura.
Comenzada a fabricar entre la década de los cuarenta y los cincuenta, tuvo el objetivo de sentar un nuevo precedente en el mercado con su característico diseño, que algunos llaman de torpedo y otros de habano o puro. Esas formas redondeadas y estilizadas, en contraste con las más habituales hasta el momento, más angulosas y cuadrangulares como la de su antecesora la 139, señalaron el camino para la firma alemana y también para su competencia.
En la actualidad, apenas habiendo variado ciertos detalles, la pluma de Montblanc continúa siendo la misma. Se cambió el material con el que se fabricaba, celuloide, por las residas que tan buen resultado dan. Se dejó de marcar cada pieza con el número 149, como en sus inicios se hacía. Y varió el número de anillos que podemos encontrar rodeando la apertura del capuchón, siendo a veces dos o a veces tres.
Al margen de estos pormenores, inapreciables a ojos de no expertos, la 149 es la 149 de antaño. Con ese cuerpo de un precioso negro, el empleo del oro en muchos de sus detalles metálicos, ese realce en forma de la característica estrella blanca en lo alto de la capucha y su plumín, artesanal y fabricado en oro 750. Siendo posible encontrarla en la actualidad con acabados rosáceos, dorados o platinados en su oro.
La demostración del éxito, la de haber conseguido erigirse como la pieza más destacada de la colección Meisterstück, ha sido perdurar tanto. Tantísimo como ha quedado demostrado. Sin que su aspecto haya queda obsoleto. Sin que admirándola uno encuentre ápice de antigüedad. La Meisterstück 149 es pura atemporalidad y estamos seguros que nunca dejará de serlo. Desde luego, hace honor a la expresión meisterstück, 'obra maestra' en español.