Vivimos sumidos en una vorágine tecnológica que con el tiempo y la investigación tiende a volver inteligentes objetos de nuestro día que de lo contrario tampoco es que tuviesen un ápice. Entre todos los nuevos dispositivos, o sus reinvenciones, los relojes inteligentes son una constante. Un elemento tan común, tan propio, tan personal… reinventado.
Sin embargo, pese a lo que pueda parecer, no todos los smartwatches son iguales. No todos siguen las normas no escritas de este mundo. No todos son lo que en nuestras cabezas concebimos como el típico reloj inteligente. El reloj conectado de Breitling, el Exospace B55, lo demuestra con su valiente enfoque: una nueva filosofía que redefine la relación entre reloj conectado y smartphone.
Bajo la premisa de crear un reloj que no dependa del teléfono, que no sea en ningún momento inferior a este, el cronógrafo inteligente de la firma suiza tiene como único fin reivindicar la funcionalidad de esta clase de guardatiempos y hacer de la conexión con el teléfono inteligente una forma de añadir funcionalidades y mejorar las que posee de forma independiente. Mediante una comunicación bidireccional, el Breitling Exospace B55 hace lo que mejor sabe hacer, marcar el tiempo y ofrecer toda una serie de funciones asociadas a un cronógrafo pensado especialmente para ser un instrumento de pilotos aeronáuticos, dejando el resto al smartphone.
Breitling
Pongamos ejemplos. Ajustar la hora, establecer una alarma, activar la funcionalidad de ahorro de energía o cambiar de huso horario son tareas de las que se encarga el teléfono. De medir tiempos de vuelo, tiempos de vuelta, tiempos cronometrados con tiempos intermedios o el sistema countdown/countup que permite encadenar una cuenta atrás y un cronometraje se encarga el reloj. Pero de igual modo, para un mejor tratamiento posterior de esos datos con mayor ergonomía y funcionalidades, el smartphone vuelve a entrar en acción.
El Breitling Exospace B55 funciona gracias a un calibre Breitling manufactura B55 con certificado oficial de cronómetros del COSC, ostenta la condición de SuperQuartz termocompensado, ofrece naturalmente una visualización analógica y suma una digital a través de dos pequeñas pantallas LCD de cristal líquido, ultralegíbles y con sistema de retroiluminación. En ellas, además de las diversas funciones clásicas del reloj, se indican diversas notificaciones: de la recepción de un correo electrónico, un mensaje de WhatsApp o un mensaje de texto, así como llamadas telefónicas con el nombre de la persona que nos esté llamando o recordatorios de próximas citas. Se encuentra disponible con correa de acero, a juego con la caja, o de caucho azul en un agradable contraste con la esfera.
