En el año 1993, Caroline Scheufele, copresidenta y directora artística de Chopard, quiso dar forma a un reloj deportivo que estuviese basado en una conjunción inédita hasta el momento en este tipo de piezas: el acero y los diamantes. Porque un reloj de vestir sí los lleva, un reloj de diario también puede. Pero hasta ese momento, hasta el instante en el que pensó el Chopard Happy Sport, ninguno hacía gala de esa asociación.
La firma relojera la define como una pieza femenina y técnica, lúdica y preciosa, moderna e icónica. Y razón no le falta. El Chopard Happy Sport supo muy bien conquistar una parcela hasta entonces inexplorada y ocuparla por completo. Porque es audacia y modernidad, reinvención constante. Es por ello que coincidiendo con su veinte aniversario, hace justamente tres años, nuevas versiones vieron la luz.
Chopard quiso dotar al reloj de nuevos volúmenes, nuevas formas que lo actualizasen sin alejar la esencia que lo hizo ser lo que es. Por eso su proporciones y líneas fueron reconcebidas y el Happy Sport Medium Automatic, con movimiento mecánico automático, se convirtió en realidad.
ChopardAhora, esa pieza llegada para reinventarse ha servido como punto de partida para el Chopard Happy Sport 30mm Automatic, que en esta versión mini conserva el calibre automático introducido en la versión de 36 milímetros de 2013. Es un tamaño que se necesitaba, un anhelo que se esperaba. El tamaño femenino preciso para no desentonar, el perfecto para quedar distinguido en la muñeca, resultar delicado y, al mismo tiempo, no pasar desapercibido, mostrándose riguroso, serio.
Chopard Happy Sport 30mm Automatic presenta una esfera argenté guilloché e incorpora esos maravillosos diamantes que aludíamos al principio. Cinco diamantes móviles que casan a la perfección con el acero, el oro rosa de dieciocho quilates o la combinación de ambos materiales, con correa de piel o metal.