Su espíritu es náutico, su esencia contemporánea y su nombre AC-One 45 Bois. El recién llegado a la Admiral’s Cup, la colección de Corum nacida en el mar, llega para seducir a los incondicionales de las embarcaciones con un diseño, un uso de materiales y una construcción que deja verdaderamente sin palabras.
Respetando celosamente los rasgos particulares de la serie a la que pertenece y refrendando sin reservas la identidad de sus hermanos, iconos de la alta relojería más vinculada a la navegación, el nuevo modelo de la suiza es al mismo tiempo un verdadero soplo de aire fresco. Con una redondeada caja de 45 milímetros y el ya tradicional bisel de doce lados, una estructura que juega con los acabados pulidos, satinados y las capas de diferentes materiales como el acero o el PVD negro, sostiene la joya de la corona: la esfera de madera de teca natural.
Corum
No ha sido fácil llevar hasta una pieza de alta relojería un material tan delicado como la madera de teca, pero con el Admiral’s Cup AC-One 45 Bois se ha conseguido. El fruto de tal consecución es un bello contraste entre la frialdad del metal y la calidez del leño, una hermosa avenencia entre los tonos de la teca con el negro del realce y los gallardetes náuticos —la rúbrica inequívoca de la Admiral’s Cup— que sirven como índices de las horas, un reloj esencial para los marinos.
El guardatiempo manufacturado en La Chaux-de-Fonds alberga dentro de su caja un calibre cronógrafo automático modelo CO 116, con fechador ubicado a las 6 horas y reserva de 42 horas, que marca las horas y los minutos con dos grandes agujas facetadas y esqueletizadas con acabados rodiados. El movimiento, que puede ser admirado gracias a la trasera de titanio grado 5 con cristal de zafiro, posee una bella masa oscilante esqueletada y recubierta de acero.
El Admiral’s Cup AC-One 45 Bois, tratándose del tipo de reloj que es, puede sumergirse hasta los trescientos metros de profundidad sin sufrir ningún daño. Jamás tiempo, mar y barcos habían estado tan unidos.