Exterior de la exposición de Panerai
Panerai

El legado de Panerai en la exposición 'Historia y leyenda'

Relojes

'Historia y leyenda' es una muestra expositiva con la que la casa de relojería Panerai pretende acercar su vasta vida, marcada por la unión de la técnica suiza con el buen gusto italiano, a todo aquel que lo desee.

La mayoría de firmas relojeras, con una dilatada historia a sus espaldas, guardan en su haber increíbles historias de cómo las horas, los minutos y los segundos han podido ser medidos cada vez mejor, de cómo los relojes han evolucionado con el paso de los años y cómo los tiempos, nunca mejor dicho, han cambiado. La suiza Panerai, fundada en 1860 en Florencia, da cuenta de ello en la exposición «Historia y leyenda».

El rico patrimonio de esta marca, que durante décadas sirvió instrumentos de precisión de todo tipo y relojes, por supuesto, a la marina italiana, se ve representado en la muestra expositiva. Un verdadero repaso a toda una amplia y dilatada vida.

El torpedo de la exposición 'Historia y leyenda' de PaneraiPanerai

Todo comienza frente al prototipo de un torpedo tripulado de tamaño real, con siete metros y medio de longitud, diseñado por dos ingenieros navales del ejército italiano. Desde ahí, las venturas y desventuras de una firma histórica que unió el saber hacer relojero suizo con el increíble gusto del saber italiano se desenvuelve.

La exposición muestra relojes antiguos, los más célebres fabricados desde el 1936, con el primer modelo Radiomir a la cabeza, hasta hoy y una selección de Radiomir 1940, Luminor 1950 y otros modelos de esta última gama.

En «Historia y leyenda», además, se presta especial atención a los modelos sumergibles, instrumentos de precisión militares más allá del torpedo del inicio, así como a los últimos relojes que la marca ha sacado al mercado. La historia y leyenda de Panerai, que arrancó el pasado verano en Singapur, se espera que recorra diferentes países a lo largo de los próximos meses.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.