Longines Hydroconquest L3.743.4.56.2
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Longines Hydroconquest, el reloj submarino tipo

Relojes

Un clásico entre los clásicos del mundo submarino es el Longines Hydroconquest, cuya gran variedad asegura un reloj para cada buceador que baje hasta las profundidades.

Si hay una serie de relojes que destaque espacialmente en la Longines Sport Collection esa es la Longines Hydroconquest. Conformada por diferentes modelos, es en esencia un único reloj. Uno de los preferidos por los buceadores profesionales y un clásico entre los clásicos de su clase. Es sencillo, no posee alardes técnicos superfluos y cumple con creces lo que promete: ser el mejor aliado bajo el agua en cuanto a precisión se refiere.

Es un diver que puede encontrarse en una amplia variedad de configuraciones, como cronógrafo con movimiento de cuarzo, cronógrafo con calibre automático o reloj que solamente marque la hora. Estéticamente hablando también existe variedad, encontrando la esfera y bisel disponibles en diferentes tonos, así como su tamaño, con el clásico de 41 milímetros de diámetro y un modelo más pequeño, pensando especialmente en muñecas más pequeñas, de solamente 39 milímetros.

 Uno de los que más llama la atención es por ejemplo el Longines Hydroconquest referenciado como L3.743.4.56.2. Construido como el resto de sus hermanos con acero inoxidable para la caja y cristal de zafiro resistente al arañazo y con varias capas antirreflejos, presenta una esfera de un intenso color negro, números arábigos e índices circulares recubiertos de material luminiscente, agujas plateadas pulidas también recubiertas de Super-LumiNova, una corona a rosca, un bisel giratorio unidireccional y una estanqueidad hasta 30 bar.

Esta versión, que tiene un precio recomendado de venta al público de 1.200 euros, posee el calibre denominado L440, que indica horas y minutos, segundos en un pequeño dial a las 6, donde también se cuentan las centésimas de segundos, la fecha a las 4, un contador de 12 horas a las 10 y un contador de 30 minutos a las 2.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.