Minerva, la manufactura suiza de tan bello nombre fundada en 1858, renació cuando con Montblanc encontró una nueva razón de ser. De sus talleres antes y después salieron grandes piezas de relojería, emblemas para la historia, que todavía hoy en día inspiran nuevas creaciones. El Ultra Slim de la serie Chronométrie Heritage, inspirado en el legendario reloj Pythagore, desarrollado a las puertas de la década de los 50, es ejemplo de ello.
El histórico guardatiempo era todo un modelo en su época. Se equipaba con un calibre 48 de 10 líneas y media y cuerda manual y mostraba los segundos en un subdial, donde otro calibre, el 49 de 10 líneas y media también de cuerda manual, contaba con una segunda aguja central.
Aquel planteamiento y el clasicismo inherente a la pieza son hoy los detonantes que aplican el principio «menos es más» para presentar una colección de Montblanc, Chronométrie Heritage, heredera del pasado más dorado de Minerva y un reloj, el Ultra Slim, hijo de aquel Pythagore.
MontblancEste nuevo referente de la firma de la estrella blanca, emplea un calibre de cuerda manual referenciado como MB 23.01 con rueda de volante, frecuencia de 21.600 alternancias por hora y una reserva, para nunca quedarse sin cuerda, de 42 horas. Todo ello se contiene en una caja de 38 milímetros, de tan sólo 5,8 de alto, con una versión en oro rojo de 18 quilates con esfera de marfil delicadamente granulada y otra de acero con una esfera en el denominado acabado motivo sol.
Las dos presentaciones del Montblanc Heritage Chronométrie Ultra Slim cuentan con bisel escalonado liso, asas curvadas y facetadas, pulido en todas sus superficies y una corona con el grabado del emblema de la casa. De igual modo, ambos poseen índices de doble facetado, rueda de minutería, las 12, 3, 6 y 9 en números árabes y agujas facetadas tipo espada. Las correas, realizadas en Florencia por la Montblanc Pelleteria, son de piel y se abrochan con la clásica hebilla homónima a la marca.
Una pieza que encuentra la atemporalidad en el mayor de los clasicismos.