Hace tiempo que Omega se propuso reinterpretar en clave contemporánea el Constellation. Se ha esforzado en dotarlo de un nuevo aspecto, de añadirle funciones, de llevarlo más allá y, en definitiva, convertirlo en uno más de nuestro tiempo. Uno de los últimos pasos dados es, seguramente, uno de los más interesantes. Es el modelo Omega Constellation Small Seconds, la versión que añade un segundero y alcanza la certificación de Master Chronometer.
El subdial para los segundos que incorpora, esos small seconds que le dan nombre, se ha colocado a las 9 horas, flanqueado por cuatro pequeños diamantes a las 12, las 3, las 6 y las 9. Su caja, de 27 milímetros de diámetro y 12,25 de espesor teniendo en cuenta que se trata de un reloj femenino, encierra un calibre co-axial 8704 resistente a campos magnéticos y a inmersiones de hasta un centenar de metros.
El movimiento mecánico, además, incorpora una reserva de marcha de cincuenta horas, un fechador visible a través de una ventana redonda situada a las 6 horas de la esfera y una decoración especial. Dominada por las olas de Ginebra, grabados en intenso color rojo, como acostumbran en Omega, así como puentes y tornillos ennegrecidos. Una ornamentación que es posible contemplar gracias a su fondo de zafiro.
Finalmente cabe destacar su aspecto, al fin y al cabo, lo verdaderamente visible, dominado por esa fantástica combinación de acero noble y oro rojo de 18 quilates. Un contraste bello, cálido y sumamente estético, que se complementa de buen grado con su esfera de precioso nácar perlado blanco, con diamantes haciendo de índices, y su bisel igualmente tachonado por esta joya. Elegancia, refinamiento, pulcritud y distinción, son valores que definen perfectamente la pieza.
El Constellation ve en este modelo, el Omega Constellation Small Seconds, una reinterpretación verdaderamente icónica.
