Omega puede estar orgullosa de haber equipado a hombres que viajaron bien alto, hasta la mismísima Luna, con sus resistentes relojes. Y también de haber brindado sus instrumentos repletos de estilo a aventureros que se adentraron en lo más profundo. Jacques Cousteau, William Beebe o Jacques Mayol son algunos de ellos. Personajes importantes que con un Omega en su muñeca realizaron largas inmersiones en las aguas más recónditas o exploraron los océanos en busca de lo que nadie ha visto.
Esa dilatada experiencia sobre las olas y por debajo de ellas se materializó en la concepción de una colección, Planet Ocean, centrada en el mar y en sus habitantes humanos. Ahora, poco más de una década después de aquel comienzo, el camino recorrido por aquellas piezas se une al de los relojes Omega inspirados en la Luna, desarrollados a parir de cerámicas, dando como resultado la creación de Seamaster Planet Ocean Deep Black.
OmegaEsta colección se encuentra formada por cuatro relojes, con un diámetro común de 45,5 milímetros que gracias a una artesanía magistral consiguen combinar un modelo GMT y otro de inmersión en un cuerpo cerámico de un solo bloque. La más notable de las dificultades ha sido indudablemente lograr que el material del que están hechos soporte la enorme presión que puede encontrarse en los océanos a profundidades de seis cientos metros. Un desafío técnico que ha sido satisfactoriamente superado.
Pero sus virtudes no terminan ahí. Las versiones Black y oro Sedna se han pulido para conseguir un efecto brillo y la azul y roja se han cepillado para conseguir un efecto mate. La esfera de todos ellos ha añadido un nuevo aro GMT y la escala de inmersión del bisel cerámico se ha hecho de Liquidmetal u OMEGA Ceragold. Por primera vez se ha combinado el caucho y la cerámica creando un bisel único en los modelos azul y rojo.
OmegaEl fabricante suizo también ha creado en primicia un fondo de caja orientado, en el que las palabras que en él se graban quedan perfectamente en posición, y ha añadido un nuevo y patentado cierre también cerámico que han llamado Naiad Lock. Los colores escogidos, exceptuando el natural del oro y el negro, lejos de ser simple azar o gusto obedecen a las circunstancias que rodean una inmersión. A los cinco metros de profundidad deja de verse el color rojo, camuflándose como si fuese negro, y a 275 metros se observa por última vez un color distinguible: exactamente el color azul del Omega Planet Ocean Deep Black.