Piaget ha querido revestir su colección de joyería Possession de un aura especial con su diseño. Es una gama de anillos, de pendiente, de colgantes, de brazaletes e incluso de un reloj con un punto en común: el mágico giro. Una pieza móvil, la de ese anillo tan atrayente, que detiene el tiempo con ese gesto tan consenciente o inconsciente, tan único, tan adictivo, tan natural cuando pasa a formar parte del día a día.
La firma joyera ha querido significar ese gesto, el de la rotación del anillo o del resto de piezas móviles de la serie de accesorios, como «una aspiración epicúrea, un ideal de emancipación, un sentido de seguridad en uno mismo, una sonrisa y asentimiento a la vida...». Un símbolo de elección, de libertad, que bien puede transformarse en un modo de reivindicar los sueños, de dar rienda suelta a la fantasía. Un modo de transformar la realidad y convertirla a placer.
Pero no sólo eso. Porque Possession sirve también para mostrar, en todo su esplendor, la belleza única que poseen los diamantes. En uno de los relojes que forma parte de la colección, el que conocemos por la referencia G0A32086, queda más que patente.
En sus 34 milímetros de diámetro los diamantes son prácticamente los únicos protagonistas. En la caja, de oro blanco de 18 quilates, se encuentran engastados 76 diamantes talla baguette de aproximadamente 2,4 quilates y 32 diamantes talla brillante de aproximadamente 4,9 quilates. También en su bisel, que gira manteniendo la magia de la colección. Pero todavía hay más.
La esfera de este reloj se encuentra igualmente tapizada por 56 diamantes baguette de aproximadamente 2,7 quilates. Y el brazalete, por sorprendente que parezca. En él, son 432 diamantes baguette los engastados, más de cuatro centenares de estas piedras preciosísimas con cerca de 25,9 quilates. La pulsera, faltaría más, es también de oro blanco de 18 quilates. Un espectáculo brillante, un alarde de artesanía, un derroche de lujo. No hay mejor homenaje a los diamantes. No hay mejor homenaje a la alta joyería más exclusiva.