La historia de la relojería, aunque quizás en los tiempos de lo políticamente correcto pueda sorprender, ha ido unida desde hace siglos al erotismo más desinhibido. Ejemplo de ello son creaciones que han mostrado en sus esferas desde simples desnudos pintados a escenas sugerentes grabadas o, directamente y sin tapujos, la práctica del sexo recreada mediante mecanismos relojeros.
Ese recuerdo de antaño, escondido seguramente en la intimidad de los talleres, vuelve de mano de Ulysse Nardin con el atrevido reloj Hourstriker Erotica Jarretière.
Sobre un dial de intenso color negro, construido en ónix, una pareja de amantes esculpida en oro de 18 quilates aparece tumbada sobre una cama con vistas al Gran Canal de Venecia y el puente de Rialto. En la habitación, además de la cama, donde el hombre y la mujer retozan, reposan la liga y los zapatos altos de tacón de la fémina.
El fabricante suizo ha querido plasmar en esta pieza de cuerda automática con mecanismo Hourstriking, de la que únicamente se fabricarán 28 unidades en oro rosa y platino, el fulgor de un encuentro sexual que tiene lugar, bajo petición, al ritmo del tintineo que marca las horas.
El Hourstriker Erotica Jarretière de Ulysse Nardin es sin que quepa duda una pieza para los coleccionistas más exigentes y, para qué negarlo, un ardiente presente para un buen amante.