Los BeoLab 90 de Bang & Olufsen en una imagen promocional
Bang & Olufsen

Bang & Olufsen BeoLab 90, diseño al servicio del sonido

Tecnología

Los altavoces BeoLab 90 de Bang & Olufsen con mucho más que uno de sus últimos productos, que la celebración de su 90 aniversario. Son unos altavoces que suponen un punto de inflexión y convierten el sonido en filosofía.

Convertir una sensación producida en un órgano del cuerpo humano en filosofía, cuasi debería ser considerado arte. Como arte es convertir esas sensaciones en placenteras. Hablamos del sonido y hablamos de los sentidos que Bang & Olufsen aplican a su tratamiento. BeoLab 90, una de sus últimas creaciones, celebración además de su 90 aniversario, hace eso mismo, tornar el sonido en una verdadera filosofía.

El altavoz más imponente hasta la fecha de la firma danesa se reconoce como un producto que no está al alcance de cualquiera tanto si hablamos de nivel económico como de forma conceptual y cualitativa. Porque estamos frente a un producto de puro lujo, un altavoz de más de varias decenas de miles de euros que supone un punto de inflexión en el mundo de los altavoces. Y estas no son palabras vacías.

Hasta la fecha, desde hace décadas, a la hora de hacer un altavoz las cosas estaban bastante claras. Según la calidad del mismo se podían cambiar los materiales, su durabilidad y resistencia, pero la disposición de los elementos, la forma de su construcción o los conceptos de funcionamiento eran bastante universales. Pero desde ahora, hay un nuevo escalón, un nuevo nivel, un nuevo paradigma.

Dos Bang & Olufsen BeoLab 90 junto a un televisorBang & Olufsen

El BeoLab 90 mide 125 centímetros de alto, 75 de lado y pesa nada más y nada menos que 137 kilos. La razón de estas cifras es el secreto de su funcionamiento: el bloque central de aluminio fundido que hace de estructura. En ella, se montan tres conos Scan-Speak Discovery de 212 milímetros que son los drivers graves, un cono Scan-Speak Revelator de 260 milímetros que es el subgrave y finalmente una columna con siete conos medios y otros tantos agudos en 360 grados.

El resultado de todos estos elementos y otros cuantos más es un equipo de sonido, un altavoz, de la increíble potencia de 8.200 vatios con picos en momento de máximo apogeo de 9.000. Puede dirigir el sonido en cualquier dirección, a un espacio más pequeño o directamente a un único punto cuando hay un único oyente. Esta función, además de otras de un nivel de configuración más técnico, son posibles ejecutar desde una aplicación para smartphones, ya que los Bang & Olufsen son unos altavoces conectados. Sonido hecho filosofía y filosofía hecha diseño y máxima calidad. No es un altavoz para todos, pero sí un altavoz para los que saben lo que quieren.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.