Cuando pensamos en un reloj inteligente, cuando pensamos en un smartwatch, probablemente imaginamos un dispositivo de formas futuristas, una pantalla bien reconocible, botones o ruedecillas muy innovadores… pero no un reloj, de los de toda la vida. Algunas marcas se han dado cuenta de esto y por ello quieren volver a los orígenes. Samsung y su Gear S2 son ejemplo.
Presentado en el marco de la IFA de Berlín del pasado año, el nuevo reloj de la tecnológica surcoreana, que llega en dos versiones, inicia un nuevo estilo para la familia Gear S donde el diseño circular, compacto y reconocible es la clave. Nada de estilos que desentonen; un reloj como cualquier otro.
SamsungEl primero de los smartwacthes, llamado simplemente Gear S2, muestra un estilo moderno y de corte minimalista, con un bisel completamente curvo y sinuoso, con una correa fabricada en material plástico y un aspecto desenfadado e informal. Una apariencia que, con los diferentes diseños de esfera que podemos configurarle, bien podría pasar por una creación de Swatch de sus colecciones más descomedidas, por poner un ejemplo.
Por su parte, el denominado Gear S2 classic, es el reloj que rompe más bruscamente con todo lo establecido. Como su nombre revela, este dispositivo luce sin tapujos un acabado clásico y tradicional, con una sofisticación propia de los más reconocibles cronógrafos, montando una caja manufacturada en metal y cerámica, un bisel dentado y una correa de cuero. Con un diseño de esfera con manecillas de estilo sport, subdiales y calendario, la versión clásica del nuevo smartwatch de Samsung bien puede ser confundido con un reloj real.
SamsungAmbas versiones, que funcionan con el sistema operativo propio de la surcoreana, Tizen, se controlan mediante el bisel, que es móvil, dos botones laterales, la propia pantalla táctil de 1,2 pulgadas y los comandos de voz que pueden recibir gracias al micrófono que incorporan. Poseen además wifi, Bluetooth, NFC y sensores como pulsómetro, podómetro o barómetro, son resistentes al polvo y el agua como certifica su IP68.
Son compatibles con Android a partir de la versión 4.4 y ofrecen una autonomía de entre 2 y 3 días tras ser cargados con su base de carga inalámbrica y ultra rápida. En su lanzamiento, el clásico tiene un precio de 379 euros mientras que el deportivo de 349. Samsung, sin lugar a dudas, ha hecho un buen trabajo.