Aunque suene osado no es menos cierto: el TAG Heuer Connected es uno de los pocos relojes inteligentes del mercado abalados por una manufactura de relojería con más de un siglo y medio de historia. En La Chaux-de-Fonds, desde el XVIII, relojeros suizos se han esforzado en construir los mejores relojes, piezas únicas de incalculable valor con la mejor técnica y la más preciosa estética. Allí, es donde tiene su hogar TAG Heuer desde hace más de 150 años, y allí es donde ha dado a luz a algunos de los cronógrafos más preciosos de la historia relojera y uno de sus últimas piezas más especiales, el smartwatch para toda la vida.
Es, esencialmente, un cronógrafo al uso. Con su caja, de 46 milímetros, su fondo, asas fabricadas con titanio de grado 2, lo que lo reviste de una durabilidad pasmosa, y una correa negra, y en seis colores más, de caucho de alta calidad con relieve. Además, resistente al agua y al polvo, con certificado IP67. La diferencia, como es natural, se encuentra en el interior.
TAG HeuerY es que en lugar de encontrar en él toda clase de elementos mecánicos, típicos de una pieza de alta relojería tradicional, naturalmente encontramos los circuitos y diferentes elementos propios del reloj inteligente que es. Hablamos de una pantalla táctil con tecnología LCD LPTS de 1,5 pulgadas y con 360x360 píxeles de resolución recubierta de zafiro, una batería de 410 mAh que dura aproximadamente todo un día con un uso no demasiado intensivo, un procesador Intel de doble núcleo, carga inalámbrica, Bluetooth LE, wifi de 2,4 GHz y Android Wear como sistema operativo.
Pero más allá de sus cualidades, y de haberse diseñado de modo que sobre su pantalla hagan acto de aparición toda una serie de esferas de reloj inspiradas en la popular colección Carrera, es un «smartwatch para toda la vida», o más bien un reloj, porque la suiza se compromete a cambiar el TAG Heuer Connected por un reloj mecánico a los dos años, para que el problema de la obsolescencia, programada o no, deje de serlo. Su precio, siempre y cuando teniendo en cuenta que al tiempo se convertirá en un TAG Heuer convencional si lo deseamos, es de 1.350 euros.