España esconde en sus ciudades algunos de los jardines europeos más bellos, aunque no sean tan conocidos como los franceses o ingleses. Los hay complemente públicos, otros pertenecientes a la realeza y abiertos a la visita de cualquiera, unos cuantos en manos de órdenes religiosas y la mayoría producto de épocas en los que se buscaban lugares de esparcimiento, en plena naturaleza, para las gentes que comenzaban a encontrarse encerradas dentro de las ciudades en pleno crecimiento.
Recorremos algunos de los más bonitos y agradables, más o menos desconocidos, con mayor o menor historia. Son el madrileño Campo del Moro, los silenses jardines del Monasterio de Santo Domingo de Silos, los valencianos jardines de Monforte, los granjeños jardines del Palacio Real de la Granja de San Ildefonso y el barcelonés Parque de la Ciudadela.
Campo del Moro, Madrid
Esetena editada con licencia CC BY 3.0Aunque se encuentra en pleno centro de la ciudad de Madrid, tras el Palacio Real, y está declarado de interés histórico-artístico desde el año 1931, el Campo del Moro es uno de los bellos jardines matritenses eclipsados por el famoso y popular Retiro. Mediante un planteamiento romántico, estos jardines construidos salvando un gran desnivel, recogen en su trazado las diferentes corrientes influyentes durante las distintas fases que lo terminaron conformando. Destacan pequeñas construcciones, como la fuente de las Conchas, el Chalé del Corcho, el Chalecito de la Reina y la presencia de pavos reales.
Jardines del Monasterio de Santo Domingo de Silos, Santo Domingo de Silos
Jose Luis Filpo Cabana editada con licencia CC BY 3.0El Monasterio de Santo Domingo de Silos es una abadía benedictina situada en un pequeño valle, denominado el valle de Tapadillo al menos desde el año 954, perteneciente al municipio burgalés de Santo Domingo de Silos. En su claustro, de estilo románico y uno de los más emblemáticos de los repartidos por la geografía española, una pradera cubre prácticamente el total de su superficie en la que destaca en solitud un ciprés, plantado en 1882, conocido como el «ciprés de los poetas». El responsable de este sobrenombre fue el poeta Gerardo Diego, quien le dedicaría el famoso sonero El ciprés de Silos, considerado uno de los mejores de la literatura española.
Jardines de Monforte, Valencia
A travesando el zaguán de un pabellón de descanso, un pequeño palacete que forma parte de los jardines, se accede a una plazoleta de forma semicircular con un barandal de hierro adornado con bustos de filósofos sobre pedestales y una portada neoclásica flanqueado por dos pequeños leones de mármol. Estos dos felinos, obra de José Bellver fueron esculpidos para la escalinata del Congreso de los Diputados, pero nunca llegaron a colocarse allí. Adentrándose por la puerta o algunos de los pasillos laterales accedemos a diferentes tramas del jardín, trazado en el siglo XIX, estanques, fuentes ornamentales y estatuas alegóricas.
Jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, La Granja de San Ildefonso
Turol Jones editada con licencia CC BY-SA 3.0 esLos jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso tienen una extensión de ciento cuarenta y seis hectáreas y son una de las mejores muestras del sueño de los jardines de la Europa del siglo XVIII. El jardinero francés René Carlier fue su diseñador y usó las pendientes naturales del entorno para ayudar a formar vistosas perspectivas y hacer fluir el agua naturalmente a lo largo de las veintiuna fuentes monumentales que decoran el parque palaciego, gracias al estanque principal conocido como «el Mar» y los otros ochos que las abastecen. Aunque con parecidos razonables con los jardines de Versalles y de Marly, los palaciegos del Real Sitio de La Granja de San Ildefonso tienen su estilo propio.
Parque de la Ciudadela, Barcelona
Coldcreation editada con licencia CC BY-SA 3.0 esEn los antiguos terrenos ocupados por la fortaleza mandada a construir por el rey Felipe V, tras el asedio de más de trece meses que sufrió la ciudad de Barcelona, se construyó el que sería el único parque público de la ciudad de Barcelona. Fue en 1888 con motivo de la Exposición Universal que se realizó en la ciudad y se hizo a imagen y semejanza de jardines europeos como los de André Le Nôtre en Francia, las villas de recreo italianas o los de William Rent en Inglaterra. Se encargó su urbanización a Josep Fontserè y en el parque también colaboró un joven Antoni Gaudí, especialmente en el proyecto de su impresionante cascada monumental. El parque, fue inaugurado bajo el lema: «Los jardines son a las ciudades lo que los pulmones al cuerpo humano». Y razón no les faltaba.