En pleno Valle de Arán, en un paisaje de incomparable belleza alpina salpicado con pequeños pueblos de casas de piedra, madera y pizarra, con hermosas iglesias románicas como telón de fondo, se puso en funcionamiento la estación de esquí de Baqueira Beret. Discurría el año 1964 y las instalaciones solamente contaban con un humilde remontador y un telesilla monoplaza.
Medio siglo después este complejo que ha crecido hasta ocupar parte del vecino Valle del Aneu y tener más kilómetros esquiables que ninguna otra instalación de la península, es el centro de peregrinaje favorito de la jet set nacional. Y no es para menos, porque esquiar en la estación catalana es una experiencia mayúscula tanto si nos circunscribimos únicamente a la práctica deportiva como si hablamos de servicios y atractivos accesorios.
acebal editada con licencia CC BY 2.0Baqueira Beret ofrece a cualquier amante de este deporte, independientemente de su nivel de exigencia y pericia sobre los esquíes, las mejores sensaciones a lo largo de noventa y nueve pistas —la mayoría azules y rojas— con más de ciento cincuenta kilómetros esquiables, treinta y cinco remontes, tres itinerarios, siete kilómetros de circuito nórdico, snowpark, estadio de eslalon y zona freeride.
Además, el resort dispone de amplios aparcamientos, pistas infantiles, varias escuelas, locales de alquiler y reparación de material, un centro médico privado y una oferta residencial, gastronómica, de alojamiento y ocio de verdadera altura, nunca mejor dicho, que complementa los largos días pisando nieve.
acebal editada con licencia CC BY 2.0Porque a pie de pista y en los alrededores podemos descubrir desde hoteles de cinco estrellas y gran lujo, como el Val de Neu, a otros quizá más comedidos pero que de igual modo no tienen nada que envidiar a los más grandes, como el Chalet Bassibe o el Val de Ruda. También encontramos restaurantes de alta gastronomía como el Cap del Port, clásicos de la cocina típica del valle con la òlha aranesa como plato estrella como Casa Benito, así como también grandes balnearios, spas y parques de fauna.
La alta montaña más lujosa casi sin salir de casa.