Mallorca es una de las islas más bonitas del Mediterráneo, y a sus costas acuden cada año millones de visitantes. Sin embargo, es posible disfrutar de todos los encantos de la isla de una manera tranquila y privada, disfrutando a fondo de todas las comodidades y la privacidad que nos ofrecen lugares tan selectos como el complejo hotelero de Belmond La Residencia.
Bajo las montañas y junto al mar, entre campos, jardines y casas señoriales, ahí es donde encontramos este hotel, escondido en una de las mejores ubicaciones de Mallorca, el pueblo de Deià, por donde han pasado autores como Robert Graves, entre otros escritores, músicos y pintores.
En el hotel plantean numerosas actividades, entre las que habría que destacar las excursiones en barco, un servicio que ofrecen en exclusiva para sus huéspedes, disfrutar de sus dos espectaculares piscinas o bien pasear por su jardín de esculturas y galería de arte, donde se celebran interesantes exposiciones. Por supuesto, cuenta con un completo gimnasio, pistas de tenis y una tienda donde encontrar la mejor de la artesanía local.
Belmond La ResidenciaEncontramos un lujoso spa que ha sido galardonado en varias ocasiones que cuenta con jacuzzi, sauna, baño de vapor y salas privadas para tratamientos especiales. También hay que destacar sus terrazas, con unas vistas preciosas, así como la posibilidad de concertar tratamientos específicos.
En lo gastronómico, el Belmond La Residencia destaca por el restaurante El Olivo, todo un lujo con ambiente romántico, al frente del cual está el chef madrileño Guillermo Méndez. Su menú se ha ampliado con especialidades propias de Mallorca. Para los más bohemios, el hotel también aloja el Café Miró, un homenaje al pasado artístico de la zona. Platos regionales y tapas, ideales para disfrutar en su gran terraza.
Belmond La ResidenciaEn cuanto a las habitaciones, en Belmond La Residencia hay desde habitaciones con una decoración y diseño exclusivo, con una gran luminosidad y obras de arte, hasta las excelentes suites junior, algunas de las cuales cuentan con terrazas y jardines privados. Ofrecen camas de gran tamaño, acabados en materiales de lujo y una gran atención al detalle.
Pero si vamos en busca de la excelencia, os recomendamos las suites Deluxe, Exclusive o Presidencial. Vistas incomparables, antigüedades, obras de arte y piscina privada, verdaderos santuarios de la intimidad, perfectas para la relajación en su jardín. Eso sí, nada comparable a la joya de este complejo hotelero, La Villa, un edificio de tres plantas ideal para familias y grupos de amigos, integrada en el pueblo donde disfrutar de todo su encanto. Piscina privada, cocina equipada e incluso una barbacoa son algunas de sus características.