Inés Luna se instaló en la Finca de El Cuartón, situada entonces en Traguntía, aunque hoy forma parte de Pozos de Hinojo, a principios del siglo XX. Fue todo un personaje para su época: rica, apasionada y bohemia, muchos no alcanzaron a aceptar su fuerte personalidad. Pero Inés Luna se enamoró de esta finca, donde construyó su residencia como reflejo de su propia vida: con grandes jardines, esculturas de mármol, pieles, tapices y hasta luz eléctrica, toda una novedad.
Hoy en día, ese fantástico palacio se ha reformado por completo para albergar uno de los establecimientos más singulares de toda Castilla, El Cuartón de Inés Luna, una posada en mitad de la dehesa charra, donde disfrutar de un privilegiado entorno natural y, al mismo tiempo, de una época dorada y bohemia. Pasear por sus jardines de encinas, sentarse junto a las fuentes o la piscina, supone recuperar un poco de esa esencia que Inés Luna quiso aportar a su querida residencia.
El Cuartón de Inés LunaLa posada ofrece 13 habitaciones pensadas para el relax y el descanso. Tienen una decoración clásica, pero que desborda comodidad, con detalles tan agradables como sus camas de gran tamaño. Es un lugar ideal para aislarse, pero también como base a la hora de descubrir la ciudad de Salamanca, a menos de una hora en coche, patrimonio de la humanidad gracias a su notable arquitectura.
El Cuartón de Inés LunaEl apartado gastronómico de El Cuartón de Inés Luna se ha cuidado con cariño. Sofisticado y actual, se basa en la cocina tradicional de la zona y destaca por el uso de materias primas de primera calidad, siendo un lugar de referencia indiscutible. Como es natural por la zona, ofrece una gran variedad de vinos con los que disfrutar todavía más de nuestra experiencia en la mesa.
Además, dada su especial arquitectura, jardines y encanto, esta posada se ha convertido en un lugar ideal para celebraciones especiales, como bodas, y reuniones de empresa que busquen salirse un poco del ambiente más corporativo.