El archipiélago maltés es un país insular situado en el centro del Mediterráneo, al sur de Italia, al oriente de Túnez y al norte de Libia. Se trata de uno de los países más diminutos del mundo, con tan sólo 316 km de superficie. Considerada como el epicentro del Mediterráneo, en una posición estratégica que ha dado lugar a mil y una batallas que conforman su historia.
La isla, y en concreto su capital, La Valeta, atraen cada año a millones de personas en busca de una nueva experiencia en el extranjero o una oportunidad laboral. La mayoría de ellos son jóvenes que buscan mejorar su nivel de inglés, atraídos por las espectaculares costas de la isla, pero también por su tradición. Sin embargo, si el archipiélago guarda algún verdadero tesoro, son las islas de Gozo y Comino, dos joyas por excelencia esperando a ser descubiertas.
Gozo
Gozo es un remanso de paz de catorce kilómetros de largo por siete de ancho. Un recuerdo de lo que fue Malta hace varias décadas, un refugio donde la vida es más auténtica y la gente aún cuelga sus llaves en la parte exterior de la cerradura. Se encuentra a escasos 20 minutos de la isla capital y descubre un mundo de tranquilidad donde sus habitantes hacen orgullosa gala de su nacionalismo.
Su principal atractivo turístico es el Templo de Ggantija, la estructura autoportante con más historia y antigüedad del mundo. Está considerada como patrimonio de la humanidad por la Unesco, y se compone de dos templos megalíticos que datan del año 3.600 A.C., siendo anteriores al Stonehenge en Wiltshire, Inglaterra. Otra parada obligatoria son las salinas de Qbajjar, un paisaje formado a partir de la erosión de la roca calcárea de la isla. Se remontan a la época romana y en actualidad se siguen explotando.
Otro paraje ineludible de la isla es La Ventana Azul. Un impresionante arco de piedra de 20 metros de altura. Este monumento es producto de la acción del viento y de las olas a lo largo de cientos y cientos de años. Se trata de un lugar impactante naturalmente formado sobre las aguas cristalinas que bañan este acantilado. Reconocida también por sus rocosas playas de agua turquesa semitransparente.
Comino
Comino se encuentra a estribor en el trayecto marítimo de Malta a Gozo. Se trata de una pequeña isla poco habitada, con una superficie de tan solo 3,5 km2. Su nombre proviene de la gran cantidad de plantas de comino encontradas en la isla y está considerada como reserva natural y santuario ornitológico. La isla se corona por la Torre de Santa María, un monumento histórico donde se rodó la película de El Conde de Montecristo. Sus dimensiones son tan pequeñas, que esta joya del Mediterráneo tan sólo dispone de dos hoteles y un camping para alojar a los turistas.
Un lugar tranquilo y prácticamente desierto. La mayor parte de su costa está formada por acantilados repletos de grutas y cuevas. Sus zonas más destacadas son: La Bahía de Santa María y La Bahía de San Nicolás. Playas de aguas turquesa y fondos muy apreciados por los amantes del buceo. Su playa más famosa es la Laguna Azul, más conocida como Lago Azul. Está situada entre la isla de Comino y Cominotto, y ofrece un paraje incomparable de arenas blancas y vegetación desértica.