La Hacienda Uayamon es un lugar con una larga historia, que va incluso más allá del siglo XVII, entroncando con la época de esplendor de la cultura maya. La zona de Campeche era una de las más importantes de su época y el legado histórico presente resulta un magnífico atractivo. Además, el entorno presenta una gran variedad de paisajes, convirtiendo el hotel en un lugar privilegiado para disfrutar de la naturaleza.
A pocos kilómetros de la Hacienda Uayamon se puede visitar uno de los lugares más increíbles de Campeche, los restos de la ciudad maya de Edzná, lugar indispensable en el que pasear por su plaza, ver la famosa Casa Grande, el Templo del Sur, el campo del juego de pelota, sus acrópolis y el santuario Templo del Norte.
Hacienda UayamonAsí pues, la naturaleza, la magia y la historia son los tres elementos fundamentales bajo los que se ha trabajado en la construcción de este resort de lujo. El arquitecto indonesio Jaya Ibrahim desarrolló un proyecto que mezcla elementos contemporáneos y tradicionales, otorgando un valor único, tanto artístico como arquitectónico, en sus villas y habitaciones.
Entre sus servicios hay que destacar su interesante spa, donde ofrecen una experiencia de descubrimiento y conexión con la cultura tradicional maya. Tienen una serie única de masajes, además de la extraordinaria placidez que imprime el entorno, que incluye una piscina al aire libre. Se usan productos naturales y usan elementos como la flor de ix-canán o la canela, en tratamientos especiales.
Hacienda UayamonEn cuanto a la gastronomía, el restaurante Uayamon es uno de los lugares fundamentales del complejo, reservado para los clientes del hotel, aunque también pueden preparar servicios privados en cualquiera de los hermosos rincones del complejo. El menú combina la comida tradicional de Campeche con recetas mexicanas y europeas. Las verduras proceden de los jardines del hotel, el pan se hace en la propia hacienda y el pescado se compra a pescadores locales.
Las habitaciones y villas son una delicia. Cada una de ellas tiene un toque personal y destacan por su excelente atención al detalle. Como curiosidad, han colocado unas grandes estacas donde colgar las tradicionales hamacas tejidas en algodón, típicas de la zona. Pero hay más, claro, como sus camas king-size con sábanas de algodón egipcio, televisiones planas, estación para iPhone y aire acondicionado.