Marsella es sinónimo de Mediterráneo, de tradición junto al mar y de excelente cocina francesa. Su historia se remonta a las primeras poblaciones humanas, siendo fundada en el año 600 antes de Cristo. Su rica historia se puede contemplar en cada callejuela de sus famosos barrios, como Le Panier, Le Prado o Cours Julien. Es la segunda ciudad más poblada de Francia, llena de vida cultura y ocio. En este marco se sitúa el Hotel La Résidence Du Vieux Port que, desde el famoso Puerto Viejo, se ha convertido en lugar de descanso habitual para los viajeros más exigentes.
Y es que desde el hotel se puede contemplar la bella catedral de Notre-Damme de la Garde, que domina la ciudad desde la colina central, al mismo tiempo que se disfruta de la bella brisa que sopla siempre desde el puerto. Este hotel ofrece varios servicios interesantes. Tiene una sala biblioteca, decorada por el artista Sylvie Nicolas, donde relajarse y el salón The Club, preparado para reuniones de negocio, presentaciones o conferencias de prensa.
Hotel La Résidence Du Vieux PortEn cuanto a la gastronomía, el restaurante del hotel es el Relais 50, un local con ambientación retro que recuerda a los grandes cafés y bistrós parisinos de los años 50, sin dejar de cuidar los detalles de la manera más actual. La comida es una mezcla de platos tradicionales y modernos, con una carta centrada en el marisco, el pescado y la cocina mediterránea. Ideal para disfrutar del ambiente del Puerto Viejo.
Hotel La Résidence Du Vieux PortLas habitaciones son sencillas, pero sin dejar de lado la atención por el detalle. La decoración, como en el resto del hotel, está inspirada en el momento más pop de finales de los años 50 y principios de los 60, con colores vibrantes y obras de arte igual de atrevidas. Eso sí, si optamos por la Suite Notre Dame, nos encontraremos con un espacio clásico, de muebles sobrios, pero cómodos; 60 metros cuadrados con dos televisiones LED, cafetera, bañera completa, WiFi y equipo de música.
El Hotel La Résidence Du Vieux Port supone una excelente opción a la hora de alojarse en Marsella, tanto por su ubicación, su excelente restaurante y sus habitaciones con vistas, todo ello por un precio sorprendentemente competitivo.