La pequeña península turca de Bodrum hizo acto de aparición instantáneo en los mapas veraniegos de las mayores fortunas desde la llegada a sus costas de las grandes cadenas hoteleras de lujo en general y de Mandarin Oriental en particular. Y es que este hermoso enclave, bañado por las aguas del mar Ego, ha cambiado el turismo low cost de sol y playa por los grandes restors y las grandes atracciones que reciben viajeros siempre en busca de lo mejor entre lo mejor.
Y en este cambio de paradigma el hotel Mandarin Oriental, Bodrum ha tenido mucho que ver. Con una más que excelente ubicación en Türkbükü, con vistas a las tranquilas y cristalinas aguas que lo bordean, a poco más de uno y tres kilómetros de la increíble playa homónima y de la de Golkoy, y a menos de quince de las de Gundogan y Magi, el lujoso establecimiento hotelero de cinco estrellas ofrece a sus huéspedes un sinfín de comodidades.
Mandarin OrientalEl complejo, el primero de estas características de la cadena, ocupa una extensión de unas sesenta hectáreas que caen desde la cima de un pequeño valle hasta la planicie frente al mar. En él, los viajeros hospedados podrán disfrutar de dos playas privadas de arena, una llamada Blue Beach que cuenta con cabañas privadas y un bar en el que disfrutar de toda clase de platos ligeros y la Juju Beach, con plantaciones de olivares como telón de fondo que permite disfrutar de elaboradas comidas frente al mar durante las horas de luz y de cócteles acompañados por música durante la noche.
Mandarin OrientalPero las playas, además de las cuatro piscinas al aire con una especial para niños y una cubierta situada en el spa, son solamente uno de los atractivos con los que cuenta el Mandarin Oriental de Bodrum, sus casi sesenta habitaciones de diseño, sus casi treinta suites y sus más de veinte apartamentos.
Porque además de la cocina que puede disfrutarse pisando la arena, el resort dispone de una amplia selección de restaurantes de alta cocina de fusión para que la experiencia, en este caso gastronómica, pueda ser más que completa. Así, podremos disfrutar de comida turca, mediterránea, italiana e incluso japonesa sin salir del complejo.
Mandarin OrientalY como avanzábamos, también hay un spa. En este caso hablamos un spa que se inspira en las tradiciones medicinales orientales para ofrecer en 2.700 metros cuadrados un concepto de bienestar a la altura de Mandarin Oriental en el que todo tipo de terapias y tratamientos tienen cabida para conseguir hacer sentir al huésped en la más absoluta felicidad.
La oferta del complejo se cierra con un centro de convenciones, un centro acuático, numerosas instalaciones dedicadas a la actividad deportiva y el ocio, así como actividades que se trasladan fuera del hotel en visitas a increíbles lugares cercanos en helicóptero o tradicional goleta turca. Una experiencia turística superlativa a orillas del Egeo.