Todo aficionado al esquí conoce el pequeño pueblecito de Sankt Anton am Arlberg, un enclave vacacional en pleno Tirol austríaco, cuya estación de esquí es una de las más visitadas de Europa y que cuenta con numerosos hoteles. Cada año son muchos los visitantes que pasan por St. Anton, bien para esquiar, bien para disfrutar de las montañas, y algunos, los más afortunados, pueden hospedarse en el fantástico Hotel Schwarzer Adler.
La tradición es muy importante en este hotel, ya que tienen muy a gala sus más de 400 años de historia. Sí, el hotel abrió sus puertas en 1570 y desde entonces lleva ofreciendo a los viajeros la famosa hospitalidad alpina. Eso sí, del primer Schwarzer Adler queda poco ya y hoy en día nos encontramos con un hotel moderno, renovado y que ofrece todos los servicios necesarios.
Hotel Schwarzer AdlerSu ubicación es perfecta, en pleno centro del pueblo justo en la entrada de la zona peatonal, donde se concentra la mayoría de bares, restaurantes y tiendas de la zona. Por otro lado, para los aficionados al esquí también está en un sitio perfecto, ya que a pocos minutos andando pueden encontrar ya la subida a la estación.
En cuanto a las habitaciones, donde predomina el estilo sobrio alpino construido en madera, ofrecen habitaciones sencillas y dobles con todas las comodidades, suites y también apartamentos individuales. Su oferta gastronómica no está nada mal, con menús pensados para los practicantes de esquí, cenas de gala todas las semanas y una notable carta de vinos.
Hotel Schwarzer AdlerPara disfrutar del todo de la estancia, el Hotel Schwarzer Adler también tiene un interesante spa con dos piscinas, una exterior y otra interior con hidromasaje, una sauna, solárium y una zona dedicada a los masajes y tratamientos de belleza. Además, tienen un apartado dedicado en exclusiva a los niños, con monitores y actividades.
Sin duda, el Schwarzer Adler es un acogedor hotel en mitad de las montañas, preparado tanto para los amantes del deporte como para todos aquellos que acudan a los Alpes buscando paisajes hermosos o relajación absoluta.