Cuando en 1879 el comandante E.P. Bedwell bautizó a esta playa como Whitehaven, refugio blanco, acertó de pleno. Y es que es imposible contemplar este bello paisaje sin caer completamente enamorado del color puro de su arena blanca, que contrasta con el vibrante azul turquesa del mar a su alrededor.
Whitehaven no es un lugar de fácil acceso. Se encuentra en la isla de Whitsunday, en Australia, y solo se puede llegar a ella en barco desde los puertos turísticos de la costa, así como desde otras islas cercanas como Hamilton. Pese a todo, la popularidad de la playa ha ido creciendo en las últimas décadas y hoy en día es habitual la presencia de turistas.
Leon Wilson editada con licencia CC BY 2.0Sus siete kilómetros de longitud deben su color blanco a la presencia de arena de sílice que ha ido depositándose allí durante miles de años gracias a las corrientes marinas que bordean la isla. Se dice que esta arena apenas se calienta con el sol, lo que permite largos paseos junto al mar en lo más tórrido del verano.
Whitehaven ha sido galardonada en varias ocasiones con premios a su limpieza y mantenimiento ecológico, una labor que se han tomado muy en serio las autoridades australianas. Está prohibido fumar en la playa y los turistas tienen que tener mucho cuidado con la basura que generan. Dos veces al año alberga competiciones deportivas de natación en aguas abiertas y de triatlón.
Damien Dempsey editada con licencia CC BY 2.0La isla de Whitsunday no está habitada en la actualidad, pero para facilitar el turismo se han habilitado hasta seis lugares de acampada para aquellos afortunados que puedan pasar la noche en uno de los lugares más hermosos del planeta, aunque los más pudientes prefieren hacerlo desde sus yates amarrados en la bahía.